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¿Por qué la envidia es flaca y vive entre la sangre? ¿Qué tanto se parece a sus hermanos celos?

Actualizado: 6 dic 2021


Es difícil encontrar una deidad griega que represente por sí sola a la envidia, este complejo sentimiento que consiste en la percepción del bien que tiene una persona y que provoca malestar en otra. Una forma de tristeza por la alegría o éxito ajeno. Va muy de cerca con los celos, pero su diferencia depende de la presencia del amor, generalmente es una forma de envidia entre personas por el miedo a compartir o perder el afecto, por lo que funciona en trío, mientras que la envidia se suscita entre dos y no involucra al amor. La envidia impide el gozo, su órgano son los ojos que miran y vigilan oblicuamente todo aquello que otros tienen y el envidioso siente que no. Procura el mal al envidiado y aniquila al envidioso, el envidioso es el más desgraciado de los hombres, ya lo decía mi ídolo Francisco de Quevedo “La envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come” y el gran Dante la define como «amor por los propios bienes pervertido al deseo de privar a otros de los suyos».

Me atrevo a pensar que poco a poco toma como rehén al gozo al amor, a la ternura y a la gratitud. Tal vez sea por ello por lo que los dioses o diosas que representan este sentimiento son siempre hijos de la oscuridad como veremos a continuación. Y como todo sentimiento también tiene sus ventajas es por ello por lo que para los griegos o romanos juegan un papel importante en el orden del mundo pasional.


Para los griegos la personificación de los celos y la envidia se llama Ptono hijo de Érebo y Nix (la oscuridad y la noche). Los romanos tenían a la diosa Invidia que representaba a la venganza y los celos, muy cercana a la diosa griega Némesis de la justicia retributiva, la venganza y quien buscaba el equilibrio de la fortuna. Invidia también era hija de Nix y Érebo, mientras que Némesis es media hermana al ser hija del Océano (Pausinias) y de la Noche.




Ptono, es de los tres el más cercano al amor, en algunas versiones del mito es hijo de Afrodita y pertenece a los Erotes o pasiones amorosas y entonces representa los celos, el anhelo y la nostalgia amorosa. Se dice que tuvo muchas esposas, pero ciego ante su condición, terminó matándolas pues siempre sospechaba que eran infieles. José Antonio Marina define los celos como "resentimiento hacia un tercero por la pérdida o amenaza de pérdida del afecto de otro". El celoso tiene más amor propio que personal.



Invidia que nos a legado su nombre, vengaba a los amantes infelices y castigaba por a los infieles y mentirosos. Como Némesis (indignación) reprende la desmesura y provoca crueles sucesos cuando un mortal ha sido favorecido en exceso por la diosa Fortuna. Se dice que su casa es un muladar lleno de sangre negra ubicada en un valle donde no hay ni sol ni viento, rodeada por una perenne niebla también negra. La diosa sólo come carne de serpiente. Jamás sonríe más que ante el infortunio de otros, padece de insomnio y el odio es su estado natural. Su peor enemigo es ella misma. Cuentan que fue ella quien castigó a Narciso para que se enamorara de su reflejo.


Nos dice Marina en su Diccionario Sentimental que Luis Vives hija de la soberbia y madre del odio que padece el bien ajeno aún cuando es merecido. “Llora cuando los demás ríen y ríe cuando todos lloran”. Para San Gregorio es madre del odio y de la murmuración. Para Bertrand Russell era una importante causa de infelicidad y alimenta el odio. Marina sostiene que es uno de los sentimientos que hacen insoportables la vida junto al el miedo, la depresión y la angustia. También nos dice que es una pasión cuando se apodera del sujeto “monopoliza la vida afectiva de una persona y le impulsa con gran violencia a actuar de una determinada manera…Hay sentimientos amorosos y pasiones amorosas; lo mismo ocurre con la envidia, el odio, la desesperanza, la agresividad”. Es un sentimiento que impide la colaboración y una pasión vergonzosa por lo que un envidioso no lo confiesa ni a sí mismo. Santo Tomás de Aquino crepa que tanto el odio como la envidia eran pasiones en contra de la caridad


El área del cerebro que se enciende con la envidia es la misma que procesa el dolor físico, por lo que la envidia es una emoción dolorosa que se siente mayormente en el pecho. Hay un elemento positivo de envidiar como ya decíamos, nos motiva a mejorar nuestro propio desempeño. Al compararnos con los demás nos esforzamos.


Marina, José Antonio. El laberinto sentimental: 215 (Compactos) (Spanish Edition) . Editorial Anagrama. Edición de Kindle.



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