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Foto del escritorreginafreyman

HESTIA:
DIOSA DEL HOGAR Y DE LOS TEMPLOS, MUJER SABÍA



Fue la diosa del hogar, del fuego ardiendo en un hogar. Es la menos conocida de las diosas del Olimpo. Hestia, y su equivalente romano, Vesta, no eran representadas en forma humana por pintores o escultores. En vez de ello, se sentía su presencia en la llama viva en el centro de la casa, del templo y de la ciudad. El símbolo de Hestia era el círculo. Cuando ella estaba presente, transformaba los lugares en espacios sagrados. Era una presencia que se sentía espiritualmente, un fuego sagrado que proporcionaba iluminación, calor y lumbre para cocinar.

Fue la primera hija nacida de Rea y Cronos, hermana mayor de los primeros dioses del Olimpo, tía soltera de la segunda generación. No podía encontrársela entre los 12 que ocupaban la sala de tronos en el monte Olimpo, y no protestó cuando Dionisios, dios del vino, aumentó su importancia y la sustituyó como una de los doce. Pero era muy venerada, y recibía las mejores ofrendas hechas por los mortales a los dioses. La breve mitología de Hestia se encuentra resumida en tres himnos homéricos. Se la describe como

Afrodita hizo que Poseidón (dios del mar) y Apolo (dios del sol) se enamoraran de Hestia. Ambos la pretendían, pero Hestia los rechazó, haciendo voto de permanecer virgen para siempre. Después, como explica el Himno a Afrodita “Zeus le concedió un bello privilegio en lugar de un regalo de bodas: tener un sitio en el centro del hogar para recibir las mejores ofrendas. A ella se le rinde culto en todos los templos de los dioses y entre todos los hombres es una diosa venerada”. Los Himnos Homéricos son invocaciones para para invitarla a entrar en la casa o en el templo.

Culto y rituales

A diferencia de otros dioses y diosas, no era conocida por sus mitos o representaciones. El significado de Hestia se encuentra en rituales, simbolizados por el fuego. Para que una casa se convirtiese en hogar se requería de su presencia. Cuando una pareja se casaba, la madre de la novia encendía una antorcha en su propia casa y la llevaba ante la pareja recién casada para alumbrar su primer hogar. Este acto consagraba la nueva casa.

Tras el nacimiento de un hijo, tenía lugar un segundo ritual de Hestia. Cuando el niño o niña tenía cinco años, se le hacía girar alrededor del hogar para simbolizar su admisión en la familia. A continuación se celebraba un banquete festivo y sagrado.

Cada ciudad-estado griega tenía un hogar común con un fuego sagrado en la sala principal. En dicha sala se entretenía oficialmente a los huéspedes. Y cada nueva colonia tomaba el fuego sagrado de su ciudad de origen para encender el fuego de la nueva ciudad.

Así pues, Hestia les acompañaba en forma de fuego sagrado, vinculando el antiguo hogar con el nuevo, simbolizando quizás la continuidad y la relación, la conciencia compartida y la identidad común.

En Roma, Hestia fue venerada como la diosa Vesta. Allí, el fuego sagrado de Vesta unía a los ciudadanos de Roma en una familia. En sus templos, el fuego sagrado era atendido por las vírgenes vestales, a las que se exigía encarnar la virginidad y el anonimato de la diosa. En un sentido, era representaciones humanas de la diosa que trascendían la escultura o la pintura.

Las niñas elegidas para ser vírgenes vestales eran llevadas al templo cuando eran muy pequeñas, antes de haber cumplido seis años. Vestidas de igual modo, con el cabello cortado cono nuevas iniciadas, se suprimía externamente todo lo que pudiera hacerles distintas e individuales. Eran apartadas de las demás personas y se esperaba de ellas que viviesen como Hestia, teniendo fatales consecuencias el no permanecer vírgenes.

En castigo, era enterrada viva, sepultada en una pequeña cueva bajo tierra con luz, aceite, comida y sitio para dormir. La tierra sobre la misma era nivelada como si no hubiera nada debajo.

Hestia fue emparejada frecuentemente con Hermes, el mensajero de los dioses, conocido para los romanos como Mercurio, deidad de la comunicación y dios ingenioso, protector y guía de los viajeros, s del habla, patrón de los comerciantes y de los ladrones. En las casas, la hoguera de Hestia se hallaba dentro, mientras que la columna fálica de Hermes permanecía en el exterior para atraer la fertilidad y alejar el mal. En los templos, también estas deidades estaban asociadas entre sí. En Roma, por ejemplo, el santuario de Mercurio se erigía a la derecha de las escaleras que conducían al templo de Vesta. Así pues, Hestia proporcionaba el santuario en donde las personas se unían para formar una familia: el lugar para formar un hogar. Hermes era el protector de la puerta, y el guía y compañero en el mundo, en donde es importante la comunicación, conocer el propio camino, ser inteligente y tener buena suerte.

Mitos

Ovidio en una de sus obras cuenta como Hestia en una fiesta de los dioses, es increpada por Priapo (dios menor rústico) que la quiere violar mientras ella duerme. Pero gracias al rebuzno del asno de Sileno (dios menor de la embriaguez), se despierta y puede huir. Es por esto que este animal es su favorito y en las fiestas los griegos lo engalanen con guirnaldas.Se dice de Hestia que ella inventó el arte de construir y que de ella dependían la felicidad y la armonía conyugal y familiar.Cuando un ciudadano abandonaba una ciudad (polis), en busca de progreso en otras tierras, se dice que llevaba una antorcha encendida con el fuego de un altar de Hestia, para prender en el altar de la nueva polis.

Hermes fue su sobrino favorito y quien, cuando este permanecía en el Olimpo, pasaba mucho tiempo en casa de su tía contándole sus aventuras o las noticias que les ocurrían a dioses, semidioses o humanos. Además, tía y sobrino eran quienes organizaban los banquetes y se encargaban de reunir a los demás dioses. Por el contrario, Afrodita fue una diosa cuyo comportamiento siempre desaprobó y no hubo ninguna ocasión en que esta pudiera convencer o engañar para que la virginal Hestia se permitiese un devaneo amoroso.

Hestia, en su trasunta romana Vesta, tiene un papel más destacado en otros mitos variantes a la fundación de Roma. Allí, Vesta intercede ante el rey Amulio para que no mate a su sobrina Ilía o Rea Silvia, ya embarazada de Rómulo y Remo. En estos mitos, el rey es llamado Tarquetio.

El hijo de Rómulo, Numa Pompilio, en agradecimiento a la diosa, instaura el culto a las vestales. Hestia inventó el arte de construir, por lo que con ella finalizaban siempre las oraciones a los dioses. De ella dependía la felicidad conyugal y la armonía de la familia. Extendió su protección sobre los altares, los palacios de los gobernantes y, por analogía, sobre los estados entendidos como el hogar de cada pueblo. De ella, por tanto, dependía la armonía y la felicidad de los habitantes de una ciudad. Con el paso del tiempo incluso se amplió su protección a todo el universo, asumiendo que un fuego sagrado místico daba vida a toda la naturaleza.

Hestia, el arquetipo

Como arquetipo proporciona su sentido de integridad y de totalidad. Era la mayor de las tres diosas vírgenes. Al contrario de Artemisa y Atenea, no se aventuraba en el mundo para explorar la naturaleza salvaje o establecerse en una ciudad. Permanecía contenida dentro del hogar. Las tres diosas vírgenes compartían cualidades esenciales a pesar de tener diferentes esferas de interés. Cada una poseía la cualidad de ser completa en sí misma, ninguna fue escogida como víctima por deidades o mortales masculinos. Todas tienen la capacidad de enfocarse sobre lo que les importaba. Sin embargo, la dirección hacia el interior del enfoque es diferente. Atenea y Artemisa orientadas hacia lo externo, se focalizan en conseguir objetivos o llevar a cabo planes; Hestia se concentra en su experiencia subjetiva interna.

Este método de Hestia nos permite entrar en contacto con nuestros valores poniendo bajo el foco de lo que tiene significado desde el punto de vista personal y obtener una comprensión interna del carácter de las demás personas.

Como diosa del hogar, es el arquetipo activo en las mujeres que consideran

que llevar la casa es una actividad llena de sentido más que una penosa obligación; adquiere sentido de armonía interna cuando realiza las tareas cotidianas.

Atender los detalles del hogar es una actividad que centra, equivalente a la meditación. Desata el tiempo kairós psicológicamente enriquecedor. No necesitan p’robar su grandeza, no persiguen ser personalidades famosas ni ocupan espacio entre las noticias.

Las vírgenes vestales y las monjas comparten el patrón arquetípico de Hestia.

Por ejemplo, la mística santa Teresa de Jesús, conocida por sus escritos extáticos, combinaba un aspecto de afrodita con Hestia. La premio Nóbel madre Teresa de Calcuta parece una combinación de la Deméter maternal y de Hestia

La anciana sabia

Permanecía fuera o por encima de las intrigas y rivalidades de sus parientes y evitaba dejarse atrapar en las pasiones del momento. Cuando este arquetipo está presente en una mujer, los acontecimientos no tienen el mismo impacto en ella que en otras personas.

resultados, las posesiones, el prestigio o el poder. Se siente completa tal como es. Su ego no está en juego. Como su identidad no es importante, no está atada a las circunstancias externas.

El desapego de Hestia es propio de sabios.

Los excesos de todos los demás arquetipo son mejorados por el consejo sensato de Hestia.

Hestia es un arquetipo que permite a una mujer estar en paz en medio del caos externo, del desorden cotidiano. El hogar circular de Hestia con el fuego sagrado en el centro tiene forma de mandala, una imagen en la meditación que es símbolo de totalidad y de universalidad. Jung escribió sobre el mandala:

Su motivo fundamental es la premonición de un centro de personalidad, una especie de punto central en el interior de la psique, con el que toda está relacionado, por el que cada cosa se ordena, y que es en sí mismo fuente de energía.

Desde los tiempos de los griegos, las culturas occidentales pusieron el acento en la dualidad, en la separación o diferenciación entre masculino y femenino, mente y cuerpo, logos y eros, activo y receptivo, que después se convirtieron, respectivamente, en los valores superior e inferior. Cuando Hermes y Hestia eran venerados en hogares y templos, los valores femeninos hestianos eran, si acaso, los más importantes (ella recibía los más altos honores). En aquel tiempo existía una dualidad complementaria. Desde entonces, Hestia ha sido olvidada y desvalorizada. Ya no se mantienen sus fuegos sagrados, y lo que representaba ya no se venera.

Cuando se olvidan y dejan de honrarse los valores femeninos hestianos, se disminuye o se pierde la importancia del santuario interno ese ir hacia dentro para encontrar paz y sentido a las cosas- y de la familia como lugar sagrado y fuente de calidez. Por añadidura

desaparece el sentido de relación subyacente con los demás, al igual que la necesidad para los ciudadanos de una ciudad, de un país, o de la tierra, de estar unidos por un vínculo espiritual común.

Hestia y Hermes, representan las ideas arquetípicas del espíritu y del alma. Hermes es el espíritu que pone al alma sobre el fuego. En este contexto, Hermes es como el viento que sopla las brasas ardientes en el centro del hogar, avivándolas. De la misma manera, las ideas pueden encender sentimientos profundos, o las palabras pueden hacer consciente lo que hasta ese momento se ha conocido de manera inarticulada, iluminando lo que ha sido tenuemente percibido.

Slow movement

Para que Hestia esté presente, una mujer tiene que concentrarse en una tarea cada vez, no estar dominada por el reloj.

La meditación activa fortalece este arquetipo introvertido y enfocado hacia adentro. Una vez empezada, la meditación suele convertirse en una práctica cotidiana, porque proporciona un sentimiento de totalidad y una conexión con el centro interno, una fuente interior de paz e iluminación, de acceso a Hestia.

Casi todo el mundo experimenta en su vida periodos no elegidos de soledad. Dichos

periodos suelen comenzar con un sentimiento de pérdida, dolor, incomunicación y añoranza de estar con otras personas. Por ejemplo, el marido de la escritora independiente Ardis Whitman le dio un beso rápido y se precipitó hacia la puerta, tuvo un ataque de corazón y nunca volvió al hogar. Siete años más tarde, ella escribía acerca de algunas recompensas inesperadas de la soledad. Sus palabras evocan sentimientos asociados con Hestia:

Como el primer fino rayo de sol después de la lluvia, existe una exigua aunque creciente calidez, que es tan característica de la soledad no elegida, como lo es de la propia identidad. Cuando vivimos rodeados de gente, algo de la pasión y de la comprensión interior que nos son naturales se escurre a través del tamiz de las charlas insustanciales. En tus momentos más atrevidos crees que lo que está pasando es la obra definitiva humana: la formación del alma. El poder de la vida procede de dentro, va allí. Reza; medita. Alcanza esos lugares luminosos dentro de ti.

Hestia, la mujer Una mujer Hestia comparte atributos de la diosa en ser una persona tranquila y fácil de carácter, cuya presencia crea una atmósfera de calor y de orden pacífico. Suele ser una mujer introvertida que disfruta de la soledad.

La joven Hestia se parece mucho a una joven Perséfone: ambas son niñas agradables,

autoafirmación en cualquiera de ellas. Sin embargo, existen sutiles diferencias, Perséfone toma sus claves de los demás y está deseosa de agradar. Hestia puede ser complaciente pero al fi hace lo que quiere.

Los padres La diosa Hestia fue la primogénita de Rea y Cronos, siendo la primer en ser tragada por Cronos y la última en ser vomitada. Así pues, pasó más tiempo que ninguno de sus hermanos y hermanos cautiva en los intestinos oscuros y oprimentes de su padre, y fue la única que permaneció en ellos sola. Su infancia no fue una infancia feliz. Cronos era un padre tiránico que no tenía sentimientos cálidos hacia sus hijos. Rea era ineficaz y carecía de poder, y no hizo nada para detener el mal trato que recibían sus hijos hasta que nació el último. De todos los hijos e hijas, Hestia era la que más se enfrentaba a la situación a su propio modo y de todas las maneras posibles.

Sin embardo, es probable que la hija tipo Hestia, rechace la emoción, retirándose hacia dentro para procurarse consuelo en medio del dolor, la vida conflictiva de la familia o un entorno escolar que siente ajeno. Con frecuencia se siente alienada o aislada de sus hermanos, lo mismo que de sus padres, y verdaderamente es diferente de ellos. Intenta pasar desapercibida, posee una pasividad en la superficie y un sentimiento interno de certeza de ser diferente de todos los que la rodean.

La adolescente Hestia se ausenta de los dramas sociales, las grandes pasiones y las

alianzas cambiantes de sus compañeras. En esto se parece a la diosa Hestia, que no participó en las intrigas románticas ni en las guerras que ocupaban a otras diosas y dioses del Olimpo. Como consecuencia, puede ser una persona aislada socialmente que permanece en la periferia de la acción, una persona no participante que aparece a la vista de los demás como autosuficiente y aislada por propia elección. O, si ha desarrollado otras facetas de su personalidad, puede que tenga amigas, y se implique en su centro educativo y en actividades sociales.

Las mujeres Hestia pueden sobresalir en profesiones que exigen calma y paciencia. Por ejemplo, la modelo favorita de un fotógrafo es una mujer Hestia, porque hay algo en sus

Muchas mujeres Hestia también lo hacen bien al otro lado de las lentes.

Relación con las mujeres suelen tener unas pocas buenas amigas con las que les gusta estar

de vez en cuando. Existen probabilidades de que estas mujeres tengan por su parte algunas cualidades de Hestia y miren a su amiga Hestia como un santuario donde su propio aspecto hestiano puede manifestarse. Una mujer Hestia no participará en cotilleos ni en discusiones intelectuales o políticas. Su don consiste en escuchar con un corazón compasivo, permaneciendo centrada en medio de cualquier perturbación que una amiga le traiga, proporcionando un lugar cálido a través de su hogar de fuego.

Sexualidad la sexualidad no es muy importante para ella. La sexualidad de Afrodita es accesible cuando se evoca mientras se hace el amor, pero está ausente en otro caso.

Matrimonio nunca compite con su pareja o la critica. No tiene aventuras extramatrimoniales ni es promiscua. Una esposa Hestia puede parecer una esposa dependiente, viviendo a gusto con el papel tradicional. Sin embargo su apariencia puede ser engañosa, ya que ella mantiene una autonomía interna. Parte de ella sigue siendo silenciosamente una diosa virgen completa en sí misma. No necesita a un hombre para sentirse emocionalmente realizada.

Relaciones con los hombres atraen hombres que son seducidos por las mujeres tranquilas y autosuficientes.

Muchos matrimonios tradicionales satisfechos son uniones de un marido Hermes, que es un empresario-hombre-de-negocios-viajero-comunicador que negocia ágilmente en el mundo externo, y una mujer Hestia, que mantiene encendidos los fuegos del hogar. Frecuentemente, este arreglo funciona muy bien para los dos. Cada uno encuentra una gran satisfacción en lo que hace como individuo, y esta satisfacción ayuda indirectamente las actividades del otro. Él aprecia no tener que preocuparse del frente doméstico, porque ella se ocupa muy bien de éste, no lo hace por él, y siempre le proporciona un hogar cálido y tranquilo entre sus incursiones al mundo.

Hijos Una mujer Hestia pude ser una excelente madre, especialmente si también posee en

su psique algo de Deméter. Puede ser también un poco indiferente cuando se retira hacia dentro, y su amor tal vez sea un poco impersonal y carente de expresión. Pero suele atender a los hijos con amor y una atención tolerante. No tiene grandes ambiciones para sus hijos y les permite, por consiguiente, ser ellos mismos. Por supuesto, les atiende bien y les proporciona un ambiente cálido y seguro. Como personas adultas en terapia, no tienen problemas importantes que resolver con sus madres. Sin embargo, no es de mucha utilidad, cuando se trata de ayudar a sus hijos a enfrentarse a ciertos matices sociales o a situaciones competitivas. Lo mismo sucede cuando se trata de apoyarles en su desarrollo profesional o en proyectos ambiciosos.

En la mediana edadpuede ser el periodo para que una mujer Hestia entre formalmente en un convento o en un ashram, cambie de nombre y dedique si vida a una determinada vía espiritual. Para ella constituye una transición natural, un compromiso cada vez más profundo respecto a una devoción ya practicada. Para los familiares, la decisión puede ser totalmente inesperada, porque la silenciosa Hestia nunca les reveló la importancia de este aspecto de su vida.

En la tercera edad

envejece armoniosamente. Se adapta bien a vivir sola y puede que haya vivido así toda su vida.

Lo que es difícil para las mujeres Hestia tras el divorcio o de la viudez, es que si no tienen seguridad económica, suelen estar muy mal preparadas para salir afuera y tener éxito en el mundo. Sin embargo su espíritu nunca empobrece. Con frecuencia vive sola en sus últimos años, sin lamentos sobre su vida ni temores respecto a la muerte.

Dificultades psicológicas Como arquetipo de la sabiduría interior, Hestia carece de negatividad. Así, no es sorprendente que no presente los patrones habituales potenciales de la patología. Es característico que una mujer Hestia carezca de capacidad de afirmación y que no hable si se siente descartada o desvalorizada. Las tareas domésticas que pueden ser una fuente de placer silencioso y de orden interno, pierden su sentido si, en cuando están hechas, otras personas estropean el orden y producen desorden.

una mujer Hestia no es muy expresiva, las personas que le importan pueden ignorar que ella existe; tiene que aprender a expresar sus sentimientos

La formación de una persona socialmente adaptable

las máscaras que se llevan en el escenario para identificar el papel del actor. En psicología junguiana, una persona es la máscara de la adaptación social que un ser humano presenta al mundo. Una persona con una máscara que funciona bien es como una mujer con amplio guardarropa del que puede escoger lo apropiado para llevar en cada ocasión y para su personalidad, posición y edad.

El movimiento Slow

Este movimiento surgido en Italia tiene como misión despertarnos en busca de una vida más lenta y reflexiva; una vida plena y desacelerada, haciendo que cada individuo pueda controlar y adueñarse de su existencia.

En la actualidad el individuo moderno vive acelerado, incapaz de disfrutar los instantes vitales, desconectado del medio natural . Este movimiento de algún

modo invoca a esta diosa.

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