Artemisa, conocida por los romanos como Diana, diosa de la caza y de la
Luna. Hija de Zeus y Latona amaba pasear por los bosques, en compañía de sus amigas las ninfas y perros cazadores. Era la arquera certera, vestida siempre con una túnica corta, armada con un arco de plata, un caracaj de flechas a su espalda. Portadora de la luz con la luna y las estrellas rodeando su cabeza.
Diosa de la vida natural, se le asociaba a los animales no domésticos: el ciervo, la gama, la liebre y la codorniz que representan su naturaleza huidiza; el caballo salvaje, la leona representaba su realeza y su destreza en la caza, y el oso, su aspecto destructivo y símbolo de su papel protector de las jóvenes (griegas se consagraban a ella).
Genealogía y mitología Hermana gemela de Apolo, dios del sol. Su madre fue Latona y su padre Zeus. En la mitología griega, Leto (en griego antiguo Lato, ‘el olvido ’) es una hija de los titanes Ceo y Febe. En la mitología romana su equivalente, es Latona. Con su hermana Asteria, fue venerada como diosa de la noche y alternativamente de la luz del día.
Zeus había intentado violar a la hermana de Leto, Asteria, que se había escapado transformándose en codorniz, arrojándose al mar y convirtiéndose en la isla flotante Ortigia. Zeus entonces preñó a Leto y Hera la persiguió y logró que nadie la acogiera salvo la isla Ortigia, que estaba desierta. La celosa mujer trató de impedir el nacimiento de los gemelos, prohibiendo a su hija Ilitía, diosa de los partos, que la atendiera. Cuando ya tenía Leto un retraso de 9 días, conmovieron sus dolores a los dioses, que hicieron que naciera primero Artemisa para ayudar a su madre en el alumbramiento de Apolo. La isla Ortigia quedó fijada al fondo con 4 columnas, y cambió su nombre por el de Delos, que significa brillante (por Apolo, dios de la luz). Pitón, hijo de Gea, persiguió a Leto para matarla, puesto que su destino era que moriría a causa del parto, pero no lo consiguió y cuatro días después de nacer, Apolo mató a la serpiente con sus flechas.
Perseguidos por Hera, Leto, Artemisa y Apolo llegaron a un estanque, y cuando iba la madre a dar de beber a sus hijos, unos campesinos,obligados por Hera, removieron el agua y la enturbiaron con el barro. Zeus los castigó convirtiéndolos en ranas.
Apolo y Artemisa fueron grandes protectores de su madre, y mataron al gigante Ticio por intentar violarla. La defendieron también cuando Níobe, esposa de Anfión, con el que había tenido 7 hijos varones y 7 mujeres, se burlaba de ella por tener pocos hijos. Níobe fue castigada, las flechas de Apolo y Artemisa mataron a todos sus hijos salvo Cloris. Artemisa, que había servido de partera a su madre, también fue considerada por esta razón una diosa del nacimiento.
Cuando Artemisa tenía tres años, Latona la llevó al Olimpo para que conociera a Zeus y a sus parientes divinos. Al verla Zeus dijo "Mi pequeña, tendrás todo lo que desees". Artemisa le pidió arco y flechas, una jauría de sabuesos con los que cazar, ninfas para acompañarla, una túnica suficientemente corta para poder correr, montañas y naturaleza salvaje como sus dominios especiales, y castidad eterna, todo lo cual le concedió su padre, además del privilegio de elegirlo todo ella misma.
Artemisa se fue al bosque y al río a escoger las ninfas más bellas. Se adentró bajo el mar para encontrar a los cíclopes, artesanos de Poseidón, para forjar su arco y sus flechas de plata. Y, por último, con el arco en la mano, seguida de sus ninfas, buscó a Pan, medio hombre, medio cabra y le pidió algunos de sus mejores sabuesos. Como estaba cayendo la noche, impaciente por probar sus nuevos regalos, cazó a la luz de las antorchas.
Artemisa actuaba rápidamente y de manera decisiva en auxilio de aquéllos que solicitaban su ayuda. También era rápida para castigar a quienes le ofendían.
Esto lo prueba el incidente del intento de violación y a su madre y el castigo a la arrogante Níobe vanagloriándose de que tenía muchos hijos e hijas hermosas, mientras que Latona sólo tenía dos. Artemisa y a Apolo para vengarla, con sus arcos y flechas, Apolo mató a los seis hijos de Níobe, y Artemisa a las seis hijas. Níobe fue convertida en una llorosa columna de piedra.
Es defensora de las mujeres. La ninfa de los bosques, Aretusa, llamó a Artemisa cuando estaba a punto de ser violada. Aretusa había vuelto de una cacería, desnuda, y estaba refrescándose cuando el dios del río la persiguió . Artemisa oyó su llanto, la rescató en una nube de niebla y la convirtió en un manantial. La diosa era implacable con quienes la ofendían, como, por ejemplo cuando descubrió a Acteón mirarla mientras estaban bañandose con sus ninfas, Artemisa le salpicó agua a la cara y lo transformó en ciervo. Se convirtió entonces en presa de sus propios perros de caza, intentó huir, pero fue alcanzado y despedazado a mordiscos.
Artemisa también mató a otro cazador, al que amaba a Orión. Apolo se sentía ofendido por el amor de Artemisa hacia Orión. Un día, cuando pasaba sobre el mar Apolo vio la cabeza de Orión, que asomaba por el agua. Apolo retó a Artemisa a tirarle al blanco a un objetivo brillante que se veía lejos en el mar, sin saberlo apuntó e hirió la cabeza de Orión, matándolo. Artemisa colocó a Orión entre las estrellas y le dio uno de sus sabuesos, Sirio, la estrella del Can Mayor, para que le acompañara en el cielo.
En su aspecto de diosa de la luna, Artemisa fue relacionada son Selene y Hécate. Las tres fueron consideradas como una trinidad lunar. Selene gobernaba el cielo, Artemisa la luna y Hécate el extraño y misterioso mundo subterráneo.
Artemisa, el arquetipo Personificación del espíritu
femenino independiente. El arquetipo que hace posible que una mujer busque sus propias metas en el terreno que ella misma elija.
Diosa virgen inmune al enamoramiento, representa un símbolo de integridad, gusta de funcionar por sus propios medios, autoconfianza e independencia. No necesita de la aprobación masculina. Capacidad innata para centrarse en sus metas y perseverancia a pesar de los obstáculos. Este arquetipo posibilita dar en el blanco elegido.
Representa cualidades idealizadas por el movimiento feminista.
La mujer Artemisa es gran consejera, las mujeres recurren a ella en búsqueda de ayuda, que ella proporciona como una gran hermana.
Es el arquetipo responsable de la unidad consigo misma y con la naturaleza que sienten algunas mujeres, cuando se adentran con una mochila entre montañas boscosas, duermen bajo la luna y las estrellas. Una persona conectada con Artemisa se convierte en una parte sin yo de la naturaleza,
¿Cómo podemos cultivar a Artemisa o fortalecer este arquetipo?
Cultivando la soledad, amando el trabajo, deportes de competición, viajar para explorar nuevos lugares, apoyan a comunidades desprotegidas, labores sociales.
Artemisa, la mujer Es la que contempla absorta objetos nuevos, la que es activa en lugar de pasiva. Tiene un asombroso poder de concentración y una memoria de elefante.
Artemisa posee una tendencia a sentir intensamente sus causas y sus principios.
Cuando padre y madre comparten en plano de igualdad el cuidado de los hijos y las tareas domésticas, y cada uno tiene una profesión, la hija Artemisa tiene un modelo para evolucionar que le permite valorar y desarrollar sus cualidades. Los problemas surgen cuando los padres critican o rechazan a una hija Artemisa por no ser la niña que esperan que sea. La consecuencia es una mujer que se siente en conflicto sobre su competencia y que suele sabotearse a sí misma: sus propias dudas son sus peores enemigos. Lucha con sentimientos de no ser lo suficientemente buena, duda cuando se le ofrecen nuevas oportunidades, realiza menos cosas de la que es capaz e, incluso cuando triunfa, sigue sintiéndose inadecuada.
Tienen dificultad con las madres que consideran pasivas y débiles. Puede que sus madres hayan sido depresivas, víctimas del alcohol o de un mal matrimonio o, simplemente, inmaduras.
La desvalorización y la falta de respeto por sus madres aumentan las cualidades de diosa virgen de las hijas Artemisa. Decididas a no parecerse a sus madres, suprimen los sentimientos de dependencia, evitan expresar la vulnerabilidad y se prometen solemnemente a sí mismas ser independientes.
Al rechazar la identificación con su madre, normalmente se encuentra a sí misma rechazando lo que se considera como femenino: dulzura, receptividad y atracción hacia el matrimonio y la maternidad.
Adolescencia y primeros años de vida adulta Competidora natural, con perseverancia, valor y voluntad de ganar. Se aventura en los bosques, sube montañas, normalmente sabe lo que quiere. Sin embargo,
Cuando deja la casa por la Universidad, la mujer Artemisa disfruta la euforia de la independencia y el desafío competitivo. Normalmente encuentra un grupo con el mismo espíritu para hacer actividades en común. Es aficionada al mantenimiento físico.
Trabajo La mujer Artemisa se esfuerza en los trabajos que tienen un valor para ella.
La competición la estimula y la oposición no le intimida.
Artemisa asistencia jurídica , abogada, trabajadora social
Ecologista .
No busca el éxito económico.
Relaciones con otras mujeres: como hermanas Las mujeres Artemisa tienen un sentimiento de compañerismo con otras mujeres, casi siempre defienden los derechos de la mujer. Esta postura puede que refleje una afinidad con sus madres, a través de las cuales desarrollaron conciencia y simpatía respecto al destino de las mujeres en el mundo.
Sexualidad
La sexualidad de una mujer Artemisa puede parecer la de un hombre tradicional orientado hacia el trabajo. Para ambos, las relaciones son secundarias. El sexo se convierte así en un deporte recreativo o en una experiencia física, en lugar de ser una expresión física de la intimidad y del compromiso emocional. El matrimonio suele estar muy lejos de la mente de la mujer Artemisa. Puede referir la unión libre.
La pareja de gemelos Artemisa-Apolo es el modelo que se observa con más frecuencia en las relaciones, atraídas por un hombre cuya personalidad tenga aspecto estético, creativo, curativo o musical. En este caso, el hombre es atraído por su equivalente femenino.
El embarazo puede que le repugne a la mujer Artemisa, a la que le gusta tener una figura atlética, esbelta y juvenil.
No siente ningún fuerte impulso instintivo de ser madre (para que se dé éste, tienen que estar presente Deméter), pero le gustan los niños.
Cuando una mujer Artemisa tiene hijos, suele ser una buena madre (como la osa, que es su símbolo). Es el tipo de madre que fomenta la independencia, que enseña a sus cachorros a arreglárselas por sí mismos, pero que puede ser feroz en su defensa.
Las madres de Artemisa no miran hacia atrás con añoranza. Hacia la época en que sus hijos eran bebés o criaturas dependientes. En vez de ello, miran hacia adelante, hacia el momento en que sus hijas/os serán más independientes.
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