Entre los Olímpicos, los dioses más importantes que dirigen el mundo, figura Afrodita a la que los romanos llamaron Venus. Se la puede considerar como hermana de Crono, como una de las tías de Zeus.
Sabemos que Crono tiró lejos el sexo de su padre por encima de su hombro y se perdió en el mar. Pero se mantuvo a flote sobre el agua, en medio de la espuma blanca, que en griego se dice aphros que sale del sexo de Urano, da origen a la joven más hermosa : Afrodita. Es diosa de la dulzura y la ternura; de las sonrisas enamoradas, de la sexualidad y la duplicidad de los discursos que se pronuncian para seducir y que no siempre, son fíeles a la verdad. Es por tanto, la seducción y la mentira, el encanto y la vanidad, el amor y los celos, la ternura, la ira y el odio que nacen de las pasiones contrariadas. Por lo que, Eros no está nunca lejos de Eris, el amor nunca muy alejado de la disputa. Cuando Afrodita sale del agua, en Chipre, está acompañada de un «séquito»: Eros, pero el Eros número 2, ese pequeño personaje que se representará con frecuencia como un niño provisto de arco y flechas, también va Himeros, el deseo que precede siempre al amor.
Afrodita, miel dorada, discurso dorado, semen dorado son expresiones lingüísticamente conectadas, que simbolizan los valores más profundos de Afrodita de procreación y creación verbal. Se la asociaba con las palomas, aves del amor que se arrullan, y con los cisnes, conocidos por su belleza y manera de emparejarse; con las flores, especialmente con las rosas, regalo de los amantes; con dulces fragancias y frutos, especialmente con las manzanas doradas y las sensuales granadas (símbolo comparte con Perséfone).
Genealogía
Existen dos versiones sobre su nacimiento. En la versión de Homero, Afrodita tuvo un nacimiento convencional. Era simplemente la hija de Zeus y de la ninfa del mar, Dione.La versión de Hesíoto, es la que alude a la castración de Urano. La imagen de Afrodita emergiendo del mar fue inmortalizada durante el Renacimiento por Sandro Botticelli en El nacimiento de Venus.
Se dice que Afrodita desembarcó en la isla de Chipre. Acompañada por Eros (amor) e Himeros (Deseo), las Gracias y las horas la vistieron, sembraban flores a su paso y le ayudaban a hacer de sus manos dos gráciles palomas, va acompañada de gorriones y palomas. Ellas le dijeron que su belleza no era de este mundo y, caminó abriendo paso con su belleza e ingenuidad hasta llegar al Olimpo. Ahí, hizo sombra a sus habitantes, antes todo era luminosidad pero ante su belleza opacó y se formaron las sombras. Fue escoltada ante la asamblea de las y los dioses y recibida como una de ellos. Muchos de los dioses, fascinados por su belleza, pidieron su mano en matrimonio. A diferencia de otras diosas que no habían escogido a sus compañeros ni a sus amantes (Perséfone fue raptada, Hera fue seducida, Deméter fue violada), Afrodita fue libre de escoger. Eligio a Hefestos, el dios cojo de los artesanos, del fuego y de la forja. De este modo, el hijo rechazado de Hera se convirtió en el marido de Afrodita (al que ésta engañó frecuentemente). Otra versión nos dice que Hera celosa puso como condición para que se quedara en el Olimpo que se casara con su maltrecho hijo. Afrodita y Hefestos no tuvieron hijos. Su matrimonio puede representarse como la unión de la belleza y de la artesanía, de la cual nació el arte.
En sus relaciones amorosas, Afrodita se emparejó con dioses masculinos del Olimpo de la segunda generación, la generación de los hijos, en lugar de con la generación que representaba a los padres, constituida por Zeus, Poseidón y Hades. Estuvo sentimentalmente unida a Ares, dios de la guerra, con el que mantuvo una larga relación y con el que tuvo varios hijos:, Harmonía (Armonía), y dos hijos, Deimos (Terror) y Fobos (Miedo), que acompañaban a su padre en las batallas. Mitos posteriores hablan de Eros y Anteros como hijos de la pareja también, acompañantes de su madre. Otros mitólogos describen a Eros lo como un hijo sin padre de Afrodita. Los griegos representaron habitualmente a Eros como un joven viril, lo mismo que los romanos, que lo llamaron Amor. El Eros que empezó mitológicamente como una fuerza primordial fue reducido con el tiempo, hasta ser representado como un bebé en pañales con un arco y un carcaj conocido como Cupido. E el mito de Psique veremos que es un niño travieso que no crece hasta que encuentra el amor verdadero. Afrodita y Ares representan la unión de las dos pasiones más incontrolables: el amor y la guerra, que, en perfecto equilibrio, podían producir la Armonía
Otro de sus amantes fue Hermes, el mensajero de los dioses, que guiaba a las almas al mundo subterráneo, patrón de los viajeros, atletas, ladrones y comerciantes, dios de la comunicación, inventor de los instrumentos musicales y el embustero del Olimpo. De la unión de Afrodita con Hermes nació Hermafrodito, que heredó la belleza de ambos padres, llevaba el nombre de ambos, y tenía las características sexuales de los dos.
Afrodita y los mortales
Afrodita respondió a las oraciones de Hipómenes en la víspera de su carrera con Atalanta. Le dio tres manzanas de oro y le aconsejó cómo utilizarlas, lo cual salvó su vida y le ayudó a conseguir la esposa a la que amaba.
Afrodita también figura en la leyenda de Pigmalión, rey de Chipre, quien esculpió una estatua de marfil de la mujer ideal, y cuanto más la miraba, más se enamoraba de su propia creación. En un festival en honor a Afrodita, le rogó que le otorgase una esposa similar a su estatua. La respuesta de Afrodita fue Galatea, con la que se casó.
Cuando Afrodita vio a Anquises, apacentando su ganado en cella, agitó la pasión de él con sus palabras y lo sedujo. Cuando se durmió, se despojó de su disfraz de mortal y despertó a su amante dormido, le dijo que concebiría al hijo de ambos, Eneas, legendario fundador de Roma, le advirtió que no revelara a nadie que ella era la madre. Anquises bebió demasiado y se vanaglorió de su aventura con Afrodita, por lo que fue golpeado por un rayo que lo dejó lisiado.
Otro amante mortal famoso fue Adonis. Afrodita temía por su vida y le advirtió que evitase los animales feroces, pero el gusto por la caza lo llevó a perseguir un oso salvaje. Adonis hirió al animal con su lanza, el animal enloquecido por el dolor, lo despedazó. Tras su muerte, se permitió a Adonis volver a Afrodita desde el mundo subterráneo durante una parte del año (Afrodita lo compartía con Perséfone). Este mito del ciclo de muerte y retorno constituyó la base del culto a Adonis. Su retorno anual a Afrodita simbolizaba la vuelta a la fertilidad.
Mirra, hija de un sacerdote de Afrodita, se enamoró apasionadamente de su padre. Afrodita produjo esta pasión prohibida, porque la madre de Mirra se vanagloriaba de que su hija era más bella que Afrodita. Se aproximó a su padre disfrazada, y en la oscuridad se convirtió en su amante secreta. Después de varios encuentros, él descubrió que aquella mujer era su propia hija. Lleno de horror, intentó matarla. Ella huyó. En el momento en el que su padre iba a alcanzarla, rogó a los dioses que la salvases: los dioses se apiadaron y su hija fue convertida en un fragante árbol de mirra.
Fedra la desafortunada madrastra de Hipólito, apuesto joven dedicado a Artemisa y a una vida de celibato. Afrodita utilizó a Fedra como instrumento de su enojo con Hipólito, que se negaba a honrar a la diosa. Afrodita hizo que Fedra quedara perdidamente enamorada de su hijastro.
Fedra intentó resistir la pasión y cayó enferma. Hipólito se sintió tan horrorizado por la sugerencia de tener una relación con su madrastra y le recrimino violentamente.
Humillada, se ahorcó, dejando una nota en la que acusaba falsamente a Hipólito de haberla violado. Cuando su padre Teso regresó y encontró la nota, invocó a Poseidón para que matara a su hijo. Hipólito conducía su carro a lo largo de la costa, Poseidón envió olas y un monstruo marino para espantar a los caballos. El carro volcó e Hipólito que murió arrastrado.
Psiquis y Atalanta eran dos mujeres mortales que fueron transformadas por la influencia de Afrodita. En el mito de Eros y Psiquis, ésta tenía la desgracia de ser tan bella como la diosa, y esto acabó ofendiéndola. Afrodita le puso tareas irrealizables.
Afrodita, el arquetipo
Rige el disfrute del amor, la belleza, la sexualidad y la sensualidad de las mujeres. Afrodita puede ser tan exigente como Hera y Deméter. Afrodita impulsa a las mujeres a realizar las funciones creativa y procreativa.
La amante
Cualquier mujer que se enamora de alguien que, a su vez, está enamorado de ella, es
una personificación del arquetipo de Afrodita. Se siente atractiva y sensual, posee un magnetismo personal que atrae. Cuando dos personas se enamoran, cada una ve a la otra bajo la intensa luz dorada de Afrodita. Cuando una persona se enamora de alguien que no devuelve ese amor, se siente poseída por un cruel deseo y por anhelos frustrados.
La activación de Afrodita
Lo mismo que existen dos versiones míticas sobre el nacimiento de Afrodita, también
existen dos vías a través de este arquetipo en la conciencia.La primera, Afrodita emerge de repente de las aguas del inconsciente, sobrecogedora y en toda su plenitud, como una presencia llena de autoridad. Cuando se siente lo sexual como una respuesta instintiva, que no tiene nada que ver con amar. Afrodita representa el impulso de asegurar la continuación de la especie. A diferencia de una mujer bajo la influencia de Deméter, que mantiene relaciones sexuales porque quiere un bebé, una mujer influida por Afrodita tiene un bebé a causa de su deseo por un hombre o su deseo de tener experiencia sexual o romántica.
Creatividad
Tremenda fuerza para el cambio. A través de ella fluye la fertilización de una nueva idea.
En trabajo surge de una implicación intensa y apasionada.
Este tipo de mujer sigue cualquier cosa o a cualquier persona que le fascine, y que puede que lleve una vida nada convencional.
El cultivo de Afrodita
Es el arquetipo más involucrado en la experiencia sensual o sensorial. Por ello, cultivar una agudeza de percepción y una atención centrada en el aquí y ahora, invitan la presencia de Afrodita. Las actitudes críticas y de culpabilidad erigen obstáculos al disfrute de hacer el amor y de hacer arte.
Cuando las mujeres ven el valor de Afrodita e intentan desarrollar este aspecto en ellas mismas, dan un paso mental fundamental para activar este arquetipo.
El arquetipo de Afrodita crea un carisma personal, atraen a los demás con la calidez magnética de sus personalidades.
La joven Afrodita
La pequeña Afrodita tal vez fuese una inocente seductora. No suele ser una niña tímida, y puede que incluso se esfuerzos por llamar la atención. Tienen prisa por crecer, vestirse elegantemente y llevar maquillaje. Después se pelean por los chicos y son quinceañeras fans de cantantes masculinos.
La adolescencia y primeros años de vida adulta son periodos cruciales para la mujer Afrodita, que puede verse atrapada entre la agitación producida en su interior por Afrodita y las reacciones de los demás dada la doble moral existente, la joven preuniversitaria, que tiene el deseo de experimentar la sexualidad tan fuerte como el joven, debe sospesar las consecuencias. El resultado podría ser labrarse una mala reputación, disminuir su autoestima y tener una imagen negativa de sí misma, si actúa siguiendo sus impulsos.
Si Atenea y Afrodita son elementos poderosos en una joven, ésta puede utilizar una combinación de estrategia y de sexualidad que es autoprotectora.
Cuando una mujer Afrodita va a la universidad, probablemente que se interese más por actividades sociales que por los académicos. Es capaz de sumergirse en un trabajo universitario sólo si le llega a fascinar el tema.
Trabajo
El trabajo que no implica emocionalmente a una mujer Afrodita no le interesa. Le gusta la variedad y la intensidad; las tareas repetitivas como las domésticas, administrativas o de laboratorio le aburren. Sólo da todo de sí cuando puede entregarse por completo de una manera creativa. Así pues, es posible encontrarla en el arte, la música, la escritura, la danza o el teatro; por ejemplo, como maestra, terapeuta, editora. Casi siempre prefiere una tarea que considere interesante a un trabajo mejor pagado pero con menos atractivo, puede lograr el éxito como resultado de hacer algo que le fascine, pero, a diferencia de Atenea o Artemisa, no planifica el éxito de su labor.
Relaciones con hombres
Las mujeres Afrodita gravitan alrededor de hombres que no son necesariamente buenos para ellas. A menos que otras diosas ejerzan su influencia, su elección de hombres suele ser similar a las elecciones de Afrodita: hombres creativos, complejos, con bruscos cambios de humor, o emocionales como Hefestos, Ares y Hermes. Tales hombres no ambicionan cimas profesionales ni posiciones de autoridad, ni desean estar a la cabeza de un hogar ni ser maridos o padres.
El tipo Hefestos, introvertido e intenso, puede que tenga una cólera reprimida que sublima en el trabajo creativo. Al igual que el dios de la forja, puede ser un artista y, al mismo tiempo, un tullido (en términos emocionales). Su relación con sus padres puede haber sido tan mala como la de Hefestos. Él también puede haber sido rechazado por su madre cuando no vivía conforme a las esperanzas que ésta tenía sobre él, y haber sido cortado de la relación con su padre. En consecuencia, puede tener una relación de amor/odio con las mujeres, con las que está resentido por ser para él enormemente importantes y, al mismo tiempo, indignas de confianza. Además, quizá se sienta muy poco cercano a los hombres, respecto a los que se siente inferior y como un extraño. Con frecuencia, el hombre tipo Hefestos, intensamente introvertido, se encuentra absolutamente incómodo en situaciones sociales al no estar dotado par la charla de sociedad. Por ello, los demás no prolongan su compañía. La mujer Afrodita puede ser la excepción. Con su talento para centrar su total atención en la persona con la que está, puede atraerle y encontrarle fascinante.
Sintiéndose atractivo y atraído por ella, el hombre Hefestos responde con su intensidad característica, y es probable que se encienda una conexión apasionada entre ambos. Ella es atraída por la intensidad de sus sentimientos y responde en la misma moneda a su fuego emocional, que puede ahuyentar a otras mujeres. Ella abraza la naturaleza profundamente erótica de él, que puede permanecer dormida durante algunos periodos, sublimada en su trabajo junto con su cólera. Si él es un artesano o un artista, ella también puede verse atraída por los bellos objetos que él crea y, al dejarse atraer, puede inspirar su creatividad En un extremo, puede que sea un volcán reprimido, potencialmente paranoico, un solitario cuyo trabajo tal vez no obtenga reconocimiento por ser tan solitario y hostil. Además, es probable que el atractivo de una mujer Afrodita o la atracción que ejerce sobre los demás le disparen sentimientos de cólera, de inferioridad, miedo a la pérdida. Si es verdaderamente como Hefestos, puede ser capaz de mantener sus celos bajo control.
Algunas combinaciones tipo Hefestos-Afrodita funcionan excelentemente. En este cado, el hombre Hefestos es un hombre introvertido y creativo que tiene una variedad gama de sentimientos (en lugar de estar predominantemente enfadado). Su intensidad la mantiene desde el punto de vista emocional, y su compromiso con ella le proporciona la estabilidad que necesita.
Otro tipo de hombre normalmente atraído hacia la mujer Afrodita es volátil, como Ares: fue educado por una madre amargada, después de que su padre les abandonase a los dos, es un carecido de un padre real que le sirviera de modelo de comportamiento y disciplina, y acostumbrado a conseguir cualquier cosa de su madre, es impaciente y tiene poco aguante a la frustración. Le gusta estar al mando de la situación, aunque puede perder la cabeza cuando se ve presionado, lo cual no le hace ser un buen líder. La combinación Afrodita-Ares es una mezcla inflamable. Ambos tienen en común una propensión a vivir el aquí y ahora. Ambas son personas reactivas más que reflexivas; son chispas eróticas de sus fieros temperamentos. Hacen tanto la guerra como el amor. Esta combinación produce las típicas peleas de amantes de continuas rupturas y reconciliaciones. No constituyen ingredientes de una relación estable. El machismo jactancioso de Ares suele originar situaciones económicas precarias. Es incapaz de pensar planificando o de ser prudente; en el acaloramiento del momento, puede decir o hacer algo que le cueste su puesto de trabajo. Si, además de todo ello, la mujer tienen una tendencia tipo Afrodita a la infidelidad, esto amenaza su masculinidad y dispara su sentimiento de posesividad.
Un hombre que se comporta como el eterno joven también atrae a muchas mujeres tipo Afrodita, que parecen tener una inclinación por hombres inmaduros, complejos, centrados en lo subjetivo y con un potencial creativo. Ellos se parecen al dios mensajero Hermes, el más joven de los dioses. Ella encuentra el lado amable de él en sus palabras embriagadoras especialmente cuando él tiene una naturaleza poéticay está fascinada por su capacidad de pasar rápidamente de las alturas a las profundidades (tanto desde el punto de vista emocional como social). El tipo de hombre Hermes frecuentemente lleno de talentos, aunque es indisciplinado, carismático y no se compromete en el trabajo ni respecto a ella. La relación sexual con él es impredecible y llena de densidad. Es un amante encantador y sensible.
Las combinaciones Afrodita-Hermes encajan muy bien con algunas mujeres Afrodita, porque ambos tienen en común la intensidad del aquí y ahora y una ausencia de compromiso. No obstante, si Afrodita y Hera son arquetipos fuertes en ambos, para ella se trata de una pareja muy dolorosa. Un hombre Hermes maduro es capaz de comprometerse. Si es así, la pareja Afrodita-Hermes puede ser una excelente pareja.
Matrimonio
Si Afrodita es uno de los varios arquetipos fuertes y está incluida Hera, entonces su presencia fortalece y vitaliza el matrimonio con sexualidad y pasión. A menudo es difícil para una mujer Afrodita conseguir un matrimonio monógamo duradero. A menos que otras diosas ejerzan su influencia.
Relaciones con mujeres
Una mujer Afrodita puede ser engañada por otra mujer, en especial por mujeres tipo
Hera. Estimula los celos, los sentimientos de inadecuación y el miedo a la pérdida de las mujeres, que ven cómo sus hombres reaccionan ante ella cada vez más animados, a medida que la alquimia que se produce forma un aura dorada alrededor. Cuando las mujeres (en especial la Hera celosa o la Hera vengativa) se enfadan con la mujer Afrodita, ésta suele quedar sorprendida. Es raro que soporte la mala voluntad de las demás mujeres, y como no es posesiva ni celosa, suele tener dificultades en imaginar la causa de la hostilidad que produce.
Una mujer Afrodita tiene con frecuencia un amplio círculo de amigas (ninguna de ellas tipo Hera) y conocidas que disfrutan de su espontaneidad y atractivo.
Hijos
Las mujeres Afrodita quieren a los niños y viceversa. Puede entrar en un espíritu de juego y actuar con mucha facilidad. Parece encantar a los niñas e inspirarles su entusiasmo contagioso por cualquier cosa que ella le interese. Los hijos de las mujeres Afrodita prosperan y desarrollan su individualidad si también se hallan presenten en ella las cualidades de Deméter.
Cuando falta Deméter, si no considera sus necesidades de seguridad y constancia emocionales, será inconstante, lo cual tiene consecuencias negativas sobre sus hijos.
En la mediana edad La inevitabilidad de envejecer puede que sea una realidad devastadora
si su atractivo ha sido su principal fuente de gratificación. Puede que caiga en la cuenta de cuántas veces se ha visto atraída por hombres no convencionales y, a veces, inadecuadamente para ella. Quizá quiera entonces asentarse; posibilidad que tal vez haya descartado hasta ese momento. Sin embargo, la mediana edad no es un periodo difícil para las mujeres Afrodita que están involucradas en un trabajo creativo, es típico que tales mujeres mantengan su entusiasmo y todavía se den de lleno al trabajo que les interesa. Ahora tienen más experiencia para sacar inspiración de la misma, y tienen más desarrolladas sus habilidades para expresarse.
En la tercera edad
Algunas mujeres Afrodita mantienen la capacidad de ver la belleza y de enamorarse un poco de cualquier cosa o persona sobre las que centren su atención. Envejecen con gracia y vitalidad. Su interés por los demás o su compromiso con un trabajo creativo sigue siendo la parte más importante de sus vidas. Por ser jóvenes de corazón, atraen a los demás hacía sí y tienen amistades de todas las edades.
Dificultades psicológicas No es cosa fácil tener a Afrodita como un arquetipo compulsivo. Le gustan los hombres y les atrae hacia ella con su atractivo y su interés por ellos.
unas maneras más impersonales.
Cuando una mujer Afrodita es educada en una atmósfera que condena la sexualidad
en las mujeres, quizá intente sofocar su interés por los hombres, atenuar su atractivo, pero la culpabilidad y el conflicto de expresar su naturaleza de Afrodita la lleva a sentirse deprimida u obsesionada.
Las mujeres Afrodita tienden a vivir en el presente inmediato tomando la vida como si
no existiera nada más que la experiencia sensorial. Al asirse al momento, una mujer de este tipo puede actuar como si sus acciones no produjeran consecuencias en el futuro. La experiencia en la mejor maestra para una mujer Afrodita.
Los hombres pueden convertirse en víctimas cuando una mujer Afrodita les quiere y les abandona. Ella se enamora muy fácilmente, cada vez sinceramente convencida de que ha encontrado el hombre perfecto. En el momento mágico, él puede que se sienta como un dios enamorado de una diosa, hasta que es abandonado y reemplazado. Como consecuencia, ella deja tras sí una serie de hombres heridos, rechazados, deprimidos o enfadados que se sienten utilizados y desechados.
Una mujer Afrodita puede atravesar una serie de intensas aventuras amorosas, arrastrada cada vez por la magia (o experiencia arquetípica) de estar enamorada. Para acabar con este patrón de comportamiento, debe aprender a amar a alguien con todas sus imperfecciones: alguien que es un ser humano imperfecto y no un dios. Primero debe desencantarse de los falsos encaprichamientos;; normalmente, sólo la experiencia puede producir este tipo de desencanto. Sólo entonces puede estar en relación un periodo de tiempo suficientemente largo como para aceptar los defectos humanos de su pareja y de sí misma, y descubrir las dimensiones humanas del amor.
La maldición del amorEl poder de la diosa Afrodita de hacer amar a los demás podría ser destructivo. Por
ejemplo, a veces impulsaba a una mujer a amar a alguien que no correspondía o no podía corresponderle a su amor. O creaba una pasión vergonzosa o ilícita, que habría de conducir al conflicto o a la humillación y que, más adelante, destruía a la mujer o destruía sus cualidades positivas. Mirra, Fedra y Medea fueron tres mujeres mitológicas que fueron maldecidas de esta manera. Como consecuencia completamente consciente de que el amor podía causar sufrimiento.
Las mujeres unidas infelizmente a una pareja por su amor podrían ser víctimas actuales de Afrodita. Algunas recurren a asistencia psiquiátrica para aliviar sus sufrimientos.
Vías de desarrollo personal
El conocimiento acerca de su patrón arquetípico constituye una información muy útil para todo tipo de mujeres, especialmente para las mujeres tipo Afrodita. Les ayuda a saber que es su naturaleza poseer un fuerte impulso sexual que otras mujeres no tienen. Deben volverse
conscientes de que son ellas las que tienen que cuidar de sus propios intereses.
Cuando una mujer Afrodita se vuelve consciente de su patrón de comportamiento y decide modificarlo, de manera que ella misma o las personas a las que quiere no queden heridas, se produce un cambio fundamental. Le es posible, a partir de ese momento, tomar decisiones y prever y modificar las consecuencias, una vez puede averiguar cuáles con sus prioridades y ponerlas en práctica. El mito de Psiquis describe un camino de desarrollo que la mujer Afrodita puede seguir.
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