Con lágrimas en los ojos me sumergí en las "caris", chapoteé con Aquaman y trepé hasta la lámpara con El hombre araña. Y digo con lágrimas pues extraño a mi Tío (por cierto hoy te platicaré mucho de mis tíos), Por si no has adivinado se trata de mi Tío Gamboín. En un arranque apasionado corrí a la computadora para escribirle aquella carta que jamás le llegó. Por este medio la envío con la esperanza de que un ángel cibernético la reciba y se la haga llegar más allá del ciberespacio, ahí por el cibercielo. A ver qué te parece: Querido Tío Gamboín: Aunque nunca pertenecí a tu club, siempre me esforcé por integrarme a tu destacadísimo cuadro de honor, vencí miles de obstáculos y evité amistades perniciosas para jamás caer en el temible cuadro de horror. Don Gato y su pandilla llenaron mis tardes de hastío; Señorita Cometa ha sido, gracias a ti, un modelo a seguir, y aun cuando no le hago al japonés me las veo en chino siendo maestra de cientos de chamacos ¡Cómo soñé ser mencionada el día de mi cumpleaños! oír las Mañanitas al ritmo de Pachón y Salchichita. Tarde tras tarde mis ilusiones se apagaban con la luz y los cantos de La Familia Telerín (que nunca se pareció a la mía). Aprendí obediente el saludo del cinco, pero a tu muerte ni Rogelio Moreno ni La Calaca Tilica y Flaca lograron llenar la pantalla. Hoy sólo me resta decirte a varios años de tu definitivo adiós ¡qué Pokemón te viste por no mencionar siquiera mi nombre! Ya nos veremos en ultratumba donde con gusto te cantaré aquella canción que dice así: El carrusel se va a caer y todos los niños se van a matar…