Una mañana de oficina llegó a ella una alumna: Berlett, para pedirme que la asesorara con un tema para un cortometraje.
—Me dijeron que usted es experta en estos temas así que por eso la consulto, quiero hacer un corto sobre el poliamor
What… la verdad es que no conocía el tema así, con esa etiqueta. Así que hice lo de siempre, ponerme a leer. La explicación de Berlett me sonó a comuna sesentera, así que no vi novedad en el tema. Claro que me sorprendió mucho ver que existen cientos de páginas y clubes al respecto; que sus fervientes seguidores lo defienden más con razones filosóficas y ética que con argumentos detenidos de la lujuria y el placer. No se trata de un club swinger donde se cambian parejas ni de la promiscuidad de los cuerpos, al parecer el centro del asunto consiste en defender el derecho a sentir amor por más de uno y el privilegio de no mentir al respecto. El tema se me antojó para discutirlo con mi buen amigo Carlos Millan experto en sexo y relaciones humanas.
Contacté a Carlos quien además me propuso hacer de nuestras conversaciones un podcast, el poliamor sería el primer tema. A continuación va la transcripción de muestro podcast:
Carlos: Hola Regina, muchas gracias por aceptar esta idea de hacer un podcast juntos, la verdad es que me emociona mucho lo que pueda salir de aquí y el tema de hoy, con el que vamos a iniciar, creo que está muy bien elegido, tiene mucho de dónde sacar y es bueno que no compartamos la misma opinión. Dime, ¿cómo llegamos al poliamor? ¿Por qué te llama la atención el tema?
Regina: Primero por la culpa de una alumna, Berlett, que está haciendo un video sobre el tema, el término me parece novedoso, aunque supongo que es una idea tan vieja como el hombre, involucra a un hombre y a una mujer, o a un hombre y un hombre, o a una mujer y una mujer. Es un tema que tiene que ver con el amor, pero habla de la posibilidad de crear redes amorosas, entonces es un tema que me pone a pensar, que tiene que ver mucho con mis inquietudes. Desde que estudie la licenciatura, el tema de mi tesis fue la poesía amorosa, desde luego, tengo una proclividad al amor romántico, eso me delata como una persona a la que el poliamor le causa conflicto, no porque no me guste la infidelidad, es decir, uno de los primeros textos que escribí se llama infidelidad ¿por qué no? Entonces, hoy que me encuentro involucrada en una historia amorosa que me tiene contenta, no pienso en la infidelidad, sin embargo, en algún momento lo considere, pero lo que más me gustaba de la infidelidad, era justamente la transgresión. No el hecho de que sea una infidelidad consensuada, eso me causaba problemas, me gustaba el secreto.
Carlos: Sí. Fíjate que para mí, hay un eje central que define qué actitud podemos tomar ante el poliamor y es nuestro vínculo afectivo con el amor romántico, porque sólo con haber nacido en este lado del mundo que es, es muy relativo decir eso, porque ahora la cultura europea está en todos lados del mundo, pero solo por haber crecido con este esquema en la literatura, en las películas, se nos exponen a esta idea del amor romántico que viene de siglos y siglos atrás, y nos identificamos con ello, la verdad es que a mí también me costo muchísimo trabajo separarme de la idea del amor romántico. Yo sostengo incluso, que para poder llegar a vivir una relación poliamorosa tienes que haber sufrido que te rompan el corazón, es entonces que te cuestionas realmente, qué tan importante es seguir protegiendo la idea del amor romántico.
Regina: Para los griegos hay un mito que me encanta y que creo que tiene que ver con esta idea de romper el corazón. Afrodita es esta Diosa virgen, que es virgen todas las veces que ella quiera, es decir, va, tiene una relación amorosa, termina con ella y se mete al mar, la virginidad queda restituida y puede volver a dejar de ser virgen, recurrentemente. Entonces, mi pregunta sería ¿El corazón no se puede romper muchas veces? a mí me lo han roto más de una.
Carlos: Sí, creo que no tiene límite, pero la cuestión es que hay una manera de hacer conciencia de qué parte de tu corazón quieres que te rompan, si quieres que rompan esa parte que te va a hacer buscar la siguiente relación parecida para sanarlo, o si quieres que te rompan la parte que está apegada a un tipo de relación fijo. Y si piensas que sólo existe una sala persona especial y única para toda tu vida, entonces no sana jamás.
Regina: Bueno,creo que es importante establecer que la idea del poliamor está concebida como una posibilidad ética. Encuentro mucho del filosofo francés Michel Onfray en esta idea, habla sobre la ética para un cuerpo enamorado, en principio estoy de acuerdo con él, en la idea de que en el establecimiento de una relación amorosa hay una forma de contrato, por decirlo de una manera, una serie de reglas que se deben cumplir.
El poliamor se diferencia de una infidelidad por el hecho de que los involucrados están al tanto de las relaciones paralelas que su pareja tiene, se excluye la exclusividad, se establece una forma de familia, una especie de red social en la que todos somos conscientes y todos somos participes y no sólo es un compromiso de los cuerpos. Podemos ser heterosexuales, bisexuales, homosexuales, se incluye en este “convivio” a quien por inclinación y afecto decidamos. Se habla de afecto y se toman decisiones sobre conductas sexuales, si se tendrá en común o se tendrá sexo individual; puedo tener una relación sexual contigo y luego contigo y todos nos ponemos en la fila, o podemos compartir el lecho, pero más que todo, tiene que ver con reglas que no solo son físicas, son emocionales, en dónde, yo establezco qué quiero vivir contigo, que tenemos hijos, o cómo los vamos a tratar. Digamos que soy yo que tengo hijo con Juan, pero incluimos a Pedro y a María, nuestro hijo tendrá dos padres y dos madres o seremos padre y madre, los otros dos una especie de tíos cercanos ¿Es así?
Carlos: Habría que empezar por decir, que hay dos maneras de definir al poliamor, una es a la de los muy entusiastas, la otra, es la de las personas que quizá no les interesa tanto defender modelos alternativos de pareja, pero que se sienten cómodos o no se quejan cuando se les pone debajo de ese gran paraguas del poliamor. Los primeros, se apegan a las raíces griegas del vocablo defendiendo su componente emocional, sobre el sexual, el hecho de la infidelidad o de la poligamia. Lo importante es romper el paradigma de que el ser humano tiene la capacidad de amar incondicionalmente sólo a una persona a la vez. Entonces soy capaz de obliterar mi capacidad emocional para dirigirla en varias dimensiones y que cada una tenga un sentido completo, una gran profundidad, lo que de ninguna manera me vuelva emocionalmente dependiente de una persona, sino que me permite realmente construir redes afectivas con más de una persona a la vez. Para ellos es fundamental la idea de que no hay una pareja central, eso es dicen los más puristas poliamorosos, de hecho critican el acercamiento de la prensa sensacionalista. Generalmente la prensa lo presenta a través de la historia de una pareja famosa, por ejemplo la de la cantante británica Blade Pepino, un nombre muy peculiar que habla de su manera de ver la vida (su historia sirvió de mucho a nivel mediático para dar a conocer este tema) ella tiene una relación muy estable con su pareja, ellos lo ven como un compromiso ético, de honestidad; ellos conocieron en un concierto a otra pareja con la que los dos hicieron clic, y ahora dicen que salen como cuarteto, tienen cita con los dos, en su caso sí hay sexo entre todas las personas involucradas, porque todas son bisexuales. Hay muchas maneras de establecer los acuerdos al interior de la pareja, pero los poliamorosos más férreos dicen que en realidad ellos no son poliamorosos porque hay una pareja central, que tiene predominio sobre las relaciones entre los otros integrantes. El poliamor es una idea democrática. De ello se desprende que hay que romper con esa idea de que vivimos para encontrar nuestro complemento y que a partir de esa relación primaria se pueden ordenar otras.
Regina: El amor es un tema que nos trastoca la vida, es un tema que te hace sentir vivo, ahora lo entiendo a lo mejor más, adaptativamente te hace sentir vivo, porque el estado amoroso es un estado productivo, aunque quieras o no, tener descendencia, es decir, tenemos que tener alguna configuración en nuestro ser que fomente el estado amoroso pues es el camino que te lleva a engendres vida, y a que permanezcas con ella. En lo personal nunca he sido más amorosa ni más feliz, que ahora que mi proyecto es justamente todo lo contrario, no quiero tener ninguna descendencia, pero claro, en esa búsqueda, empiezo con la poesía, ¿por qué?, porque la poesía es así, sublime, ayuda a alimentar este sentimiento y poco a poco vas buscando respuestas a un proyecto o a un proceso complejo que es el enamoramiento, algo indescifrable, algo para lo que, finalmente ni la poesía completa te puede dar palabras ni definiciones cerradas. Primero que nada me parece interesante pensar que el matrimonio ortodoxo no existe tampoco, es decir, como no existe el poliamor ¿cuál sería el poliamor perfecto? no existe, es un ideal, de la misma manera que el matrimonio ideal no ha existido nunca, ¿Cuántas veces no sabemos de matrimonios en donde tienen otras parejas, pensar en una pareja que nunca ha sido infiel, es poco certero ¿Por qué? si considero que hay una cuestión, y ahí si me apego mucho a la antropóloga Helen Fisher, creo que su estudio sobre el cerebro enamorado. Para mí, el órgano más erótico de nuestro cuerpo es sin duda el cerebro, y por ello lo que incentiva cualquier pasión es una historia, entonces, ahorita que hablas de una historia, ¿qué tanto más allá de nuestra naturaleza somos producto de la historia que nos estamos inventado, de la historia que estamos creando? Insisto en esta búsqueda de una idea de verdad, por una ilusa verdad quizá, me decanto por la cuestión biológica, esto que tiene que ver con el deseo, porque somos seres deseantes. Podríamos decir, el amor es una construcción medieval y podemos hablar de muchas cosas, pero, el deseo esta ahí, y cuando deseo a una persona me es difícil desear con la misma magnitud a dos. El amor es un desorden de la atención, tenemos atención limitada.
Carlos: Ahí tomas un tema central, vivimos el enamoramiento más a nivel biológico, o más a nivel conceptual-racional-narrativo ¿por cuál de los dos lados nos vamos? Y a parir de eso también esta otra de las preguntas centrales del poliamor ¿Los celos son algo biológico o son algo de nuestra narrativa personal? porque la mayoría de las personas están convencidas de que son algo biológico, Helen Fisher entre ellas, defiende que no podemos, que nuestro cuerpo no se puede quitar este deseo de asegurar la cercanía física del otro y de asegura esa exclusividad; para mí, es ese estado alterado de la conciencia el que me hace saber que esa persona está ahí, de una manera central, fija y protagónica, entonces, creo que ese es el tema central del poliamor. Yo te voy a contar mi postura, para mí, todo está a nivel de narrativa personal, hay un libro muy bueno, muy criticado también En el principio era el sexo: Los orígenes de la sexualidad moderna, cómo nos emparejamos y por qué nos se paramos creo que es la traducción al español, y el autor es Christopher Ryan, en este libro dicen algo muy curioso, estudiando sociedades con narrativas distintas a las que nosotros conocemos, el autor ha encontrado por ejemplo en Amazonas, una comunidad que vive en el bosque y vive bajo un concepto de la descendencia muy peculiar, ellos creen que los bebes no se forman por la concepción, ellos no tienen la idea de que el espermatozoide fecunda al ovulo, creen que el bebé se forma en el vientre de una mujer por acumulación de semen, si hay suficiente semen, van formando como la semillita, así que puede tener muchas parejas porque ello privilegia esta acumulación. Las mujeres tienen una libertad sexual muy distinta de la de nuestra, pues el hijo de cada mujer, lo será de toda la comunidad, será responsabilidad de todos en conjunto. Cuando ella decide que va a tener un hijo, se le conceden atenciones especiales, toda la comunidad la apoya: la mujer elige a los hombres que le parezcan más interesantes, los que ella cree que van a crear la mejor mezcla para tener un descendiente y entonces tiene sexo con el más guapo de la tribu, tiene sexo con el más gracioso…
Regina: el más listo…. Va haciendo una acumulación de atributos ¿no?
Él: exactamente, y lo curioso es que todos los padres están muy orgullosos cuando nace el hijo, y dicen sí, que emoción que ya nació…
Regina: Sacó mis ojos, sacó mi talento, mi gracia, gritará cada padre. Creo que hablar de una norma fija es complejo; pero ese tipo de culturas son anómalas, estarás de acuerdo que no hay muchos ejemplos así, yo no quiero descalificar con esto con esto, porque como admito, yo tampoco vivo una relación tradicional, pero si entiendo o me parece claro que aún, cuando no sea contundente, esta idea que expresa Fisher, o Robert Stemberg con su triángulo del amor o también el filosofo español Marinas, de que existen tres proyectos amorosos: de pareja, de familia y proyecto creativo; en el caso de Stemberg, el amor se compone de compromiso, pasón e intimidad; para Fisher, hay tres lugares en el cerebro para la consolidación de relaciones de tipo amoroso, hay una parte que tiene que ver con el apego, una parte que tiene que ver con la atracción sexual y otra más que tiene que ver con la amistad, que también, es una triada que desde los griegos se maneja: Eros, Filias y Agape. Me parece difícil pensar que puedes sentir lo mismo por todas estas personas, porque insisto en esta idea de que el amor es un desorden de la atención, el amor en el estado primario en el estado que llamaría Alberoni creciente, el objeto del deseo, tiene una preeminencia en mi pensamiento y sin embargo, no le tengo la confianza que le tengo a mi pareja de hace veinte años con la que me puede relacionar de manera intelectual hasta más intensa, etcétera, pero pensar o tener el mismo deseo sexual por estos dos personajes, es difícil, el que está entrando a mí ser está ocupando ahorita toda mi atención. Cuando enfrento esta situación con varias parejas, pensar que no me pueda sentir desplazado, me parece difícil. Tal vez luego venga una racionalización para comprender, ni modo, yo acepto, porque yo también tengo el derecho de estar con otras parejas, entonces hay una especie de compensación, pero todos queremos la atención del otro. Pensar que todos racionalizamos y que con eso dominamos a nuestras emociones, me parece difícil, yo a veces pienso que realmente sentimos y deseamos y luego pensamos, y luego construimos una narrativa para justificar los deseos. En lo personal encuentro cuestione biológicas, por lo menos en mí, insisto, sigue siendo muy subjetiva mi postura, en donde cada vez que amo a una persona profundamente, todo de él me sabe y me huele bien y cuando dejo de amarlos, empiezan a olerme feo.
Carlos: Estoy convencido del argumento de que somos seres deseantes y seres emocionales antes que seres racionales, hay una frase de Milan Kundera que me encanta “Pienso, luego existo, es el comentario de un intelectual que no conoce el dolor de muelas” y a mí, la verdad, me parece que justo en esta parte de los objetos de deseo, se encuentra la pregunta central acerca de nuestra capacidad para amar a más de una persona a la vez. Mi experiencia personal, para corresponder un poco a tu postura de hablar desde lo que me ha tocado vivir, yo intenté vivir una relación poliamorosa, a partir de un acuerdo racional. Todo empezó porque mi pareja en la universidad se iba de intercambio un semestre a Holanda y yo dije, oye, pues tiene 21 años, no le voy a decir que me sea fiel, no me gustaba la idea de que ella se fuera con la restricción de tener que guardar una relación exclusiva; así que llegamos a ese acuerdo, pero en el momento en el que se iba me preguntó ¿Entonces, estas seguro? ¿no te importa que bese a otra persona? En el medio del pecho sentí algo como arrrrrggg… nunca había sentido eso, identifiqué que no basta con hablarlo, no basta con llegar a ese acuerdo desde el pensamiento, empecé a cuestionarme cómo vivimos el enamoramiento, haciendo a la otra persona objeto de deseo y ahora, sostengo la postura de que pensar que una sola persona tendrá todo lo bueno y todo lo bello y será dueña de la felicidad que nos aguarda es una locura, algo imposible. Estoy convencido de que el principal problema para vivir una relación amorosa en nuestra cultura es que somos una cultura que ha hecho a un lado el deseo, es decir, vivimos en una constante dilatación, pero no estoy seguro de si esa es la palabra, de posponer el deseo, lo dejamos para más tarde, y nos educan desde chiquitos, como, el domingo pórtate bien, ve a la iglesia, sonríe en la comida con los abuelitos y luego te llevamos por un helado
Regina: Denise De Rougemont, diría que es justamente lo contrario, que no posponemos el deseo, queremos el deseo aquí, ahora y todo el tiempo, hemos dejado atrás toda esta mística del amor lento que se va consolidando poco a poco.
Carlos: Eso en la parte del enamoramiento, pero, a eso es a lo que voy, en una cultura en la que la productividad esta ante todo, hay como dos ejes de la vida en el que nos está permitido buscar el placer y expresarnos desbordadamente como seres deseantes, uno es en la comida y el otro es el amor y el sexo, entonces, de alguna manera, por eso somos de los países con más violencia de pareja y de los países con mayor obesidad en el mundo.
Regina: Cierto, fíjate que Pascal Bruckner dice que ante la muerte de Dios, hemos hecho un Dios del amor, donde confundimos amor con sexo, que no son necesariamente lo mismo y pedimos al amor que sea la respuesta a todos nuestros problemas. Creo que cuando estableces relaciones sanas, con mucha gente, te sientes altamente amados, a veces, el asunto es pensar que tu pareja es el único nicho en donde vas a encontrar amor, por ejemplo, yo tengo una reunión de amigas los martes, donde me siento sumamente amada, no llegamos a lo sexual y mi relación con ellas es muy diferente a la de mi pareja; pero les puedo platicar cosas diferentes que a mi pareja. Hay una pluralidad en el sentimiento amoroso, es decir, en la medida en la que puedo combinar compromiso, pasión y amistad, puedo encontrar todas las relaciones afectivas posibles, por mi ex marido ya no experimento deseo sexual, pero sigue siendo mi amigo.
Creo como tú que el problema es el alto peso que se le impone al matrimonio, que dejo de ser necesariamente una apuesta amorosa, más bien es una apuesta social que tiene que ver con compromisos y deberes que tenían que ajustarse a las necesidades del pasado, a la protección de los hijos. Hoy hay programas sociales que incluyen al bienestar y a la educación de los niños, uno puede tener hijos fuera del matrimonio. Podemos tener sexo muy placentero con una persona y no amarlo, sin embargo, para mí, es hallar la trifecta cuando puedo encontrar amor, amistad y atracción en la misma persona. Creo también, que el amor es narrativa, tengo seis años sintiendo que el mismo señor me huele muy bien, que lo miro a distancia y me enamora, pero nos ha funcionado una narrativa que a la vez hace que todas nuestras narrativas confluyan, es decir, es una persona con la que puedo conversar, y ahí recojo este tema de la conversación que gracias a ii, encuentro en el libro que me recomendaste de Maturana. Una historia es vigente siempre y cuando exista una conversación en el cetro. No excluyo la posibilidad del poliamor, creo que puede existir, pero me parece confusa, me parece como cuando lees varios libros al mismo tiempo, puedes hacerlo, claro, puedo tener 10 libros en el estante, pero hay un momento en el que una trama me tiene lo suficientemente entretenida, tanto, que me es difícil serle infiel, ocupa todo mi tiempo. Claro que hay momentos con mis amigas, con mis hijas y con todo lo demás que integra mi mundo, pero sentir el deseo sexual de otra persona en este momento, me parece imposible. En la monogamia esporádica sí creo, también creo en que si la narrativa te sigue alimentando, renuevas esa conexión amorosa con esa única persona.
Carlos: En realidad hay una verdad importante que señalas respecto del poliamor, y es que tiene un límite material y temporal tangible, no puedes dividir tu atención entre tantas personas, es confuso, estoy de acuerdo contigo en eso y, yo incluso te diría, hay muchísimas personas que lo han adoptado como un alternativa a relaciones de monogamia, que habían probado antes, que terminaron muy mal, que vivieron lo los celos, la inseguridad, todo este drama en el que a veces terminan las relaciones y dijeron, yo ya no quiero esto, entonces, se plantearon ¿qué otras opciones hay?Intentan por intuición el poliamor, porque les parece una salida al conflicto de propiedad que termina por asfixiar una relación de pareja. Mientras haya un problema recurrente de celos en una relación poli amorosa, no se está viviendo una relación que provea de los beneficios emocionales necesarios para madurar. Porque hay que depositar tu confianza emocional enteramente en el otro, que es el principio básico de toda relación, poliamorosa o no.
Regina: A lo mejor no soy el objeto de tu pasión, pero te lo compenso con verdad. Me acuerdo cuando establecí esta nueva relación con mi pareja, lo primero que pensamos es que la fidelidad no se obliga, es algo inobligable, no hay religión, no hay pacto social, ni moral que pueda obligarte a la fidelidad, se trata de un regalo que me otorgas si quieres, porque a quien se lo estas brindando verdaderamente es a ti porque en ese momento te sientes satisfecho. Podemos es censurar la falta ante un convenio, pero yo pondría en mi contrato, si lo haces no me lo digas, porque lo que no quiero es sentirme lastimada. ¿Lo ético es saber la verdad o lo ético es que no me lastimen? Yo sé que mis hijas piensan cosas de mí, porque no solo soy una persona, soy una figura en sus vidas, por tanto a veces también soy un cerco para sus deseos, no quiero saber todo lo que piensan de mí, si lo sé me pueden lastimar, entonces, de pronto la ética a veces me parece, es guardar silencio ante determinados temas, todos tenemos derecho al secreto
Carlos: No me considero partidario del poliamor, pero creo en una cuestión fundamental, que es curiosamente la misma que tú, que en una relación, lo principal es no hacer daño, ni a mí ni al otro. Hay otra parte que para mí sería fundamental y esto lo tomo de un maestro mío que se llama Jerónimo Aguilar que se dedica a estudiar sexualidad en la tradición taoísta, él dice, que hay que cambiar fidelidad por lealtad de pareja, porque fidelidad tiene que ver con poner tu fe enteramente en el otro. La lealtad empieza con la construcción de lo que es bueno para tu vida y de lo que es bueno para que tu vida también sea de provecho para otras personas, que tú te hagas bien a ti y también que no vallas por ahí esparciendo dolor, pues tú eres quien eliges la manera en la que vives tus relaciones amorosas.
Regina: Tengo una pareja con la que no me quiero casar, considero que el considero que el matrimonio es un contrato que presupone la familia, hoy, lo último que nos interesa es eso tener hijos ¿para qué demonios me caso? ¿para obtener protección económica? entonces se desvirtúa lo que estoy sintiendo por esta persona, por un lado, por el otro encuentro que nunca he sido más feliz en una relación porque justamente me encanta la atención de mi pareja, no se la quiero prestar ni a mis hijos, me encanta que seamos él y yo, que conversemos él y yo, lo más erótico de nuestra relación, no tiene que ver con el sexo, tiene que ver con estas charlas que pueden durar horas y horas y horas, donde siento que no cabría un tercero. Estoy convencida de que lo que nos mantiene juntos es una buena historia, estamos escribiendo juntos la gran historia; él tuvo otras mujeres, tiene otros hijos y todo eso es parte de la ecuación, porque no me puedo llevar mal con sus hijos, aspiro a tener una relación amable con las ex mujeres y aunque no quiero tener la exclusividad de su cuerpo, tampoco quiero saber si no la tengo; lo que sí no quiero es que trastoquen está nuestra historia, esa es la parte sagrada, la trama en dónde solo cabemos él y yo. Yo tengo la historia de mi ex pareja pero esta historia de hoy funciona ¿hasta cuándo?, ¿hasta la eternidad?, no creo en la eternidad, funciona hasta que se acabe esta conversación.
Carlos: ¿Qué pasaría si por algún motivo brusco, inesperado esa conversación terminara la siguiente semana, por la muere digamos?
Regina: Buscaría entablar una nueva relación, una nueva conversación, creo en la una fidelidad con la fe que se le tiene a la vida, y en la vida uno no puede caminar solo, no cuando estas codificado para relacionarte, no creo que solo haya una persona para ti, estoy convencida de que habemos muchas personas para muchos otros, pero creo que lo que tú tienes que hacer es una historia que se amolde a tu medida, a tu forma de ver la vida, desde luego es muy difícil hablar de una sola formula, eso sería lo más aberrante, lo maravilloso es que estemos hoy hablando del poliamor, de la diversidad de género. Ahora, creo que hay una parte que tiene que ver con la honestidad y que no puede elevarse al mercado. Cuando el poliamor se convierte en un formula o el matrimonio, entonces en ese momento, para mí, pierde toda vigencia. Todos estamos y entre la monogamia y la poligamia ¿qué tan lejos o qué tan cerca? Eso depende de tu circunstancia histórica, de tu circunstancia generacional y de tu momento, de tu edad, es obvio que para una niña como Berlett o para un chavo como tú, es más interesante probar el poliamor, pero obviamente cuando te acercas a la vejez, como es mi caso, lo que quieres es una fórmula simple, profundizar en un libro, en una persona, en un tema, cuando te quedas en la epidermis, no estas llegando a lo mejor de del tema, y entonces llegas a la conclusión de que hoy en esta sociedad, lamentablemente, el poliamor se puede volver una formula, lo mismo que el matrimonio comercial, una formula con esta idea del deseo, con esta idea del fear of missing out, del quiero probarlo todo y eso es imposible, no podemos probarlo todo, más bien yo pensaría, en esta idea del cuento de Oscar Wilde, que toma la idea de Narciso, que cuenta que cuando muere Narciso le preguntan al río si él piensa que su vida ha terminado porque Narciso ha muerto, porque ya no tiene esa preciosa imagen que se refleja en sus aguas, entonces el río dice ¿cuál imagen?, yo lo que veía, era mi reflejo en los ojos de Narciso. Mientras tengas otros ojos en qué reflejarte, creo que la vida sigue fluyendo.
Carlos: Absolutamente, en realidad, para mí, ese es el tema central con el poliamor, me agrada la visibilidad que está tomando, de la misma manera que me agrada la visibilidad que está tomando la diversidad de género, la diversidad de orientaciones sexuales, pero justo para mí, el mayor riesgo que puede tener el poliamor es institucionalizarse. S embargo, me intriga por qué si las parejas del mismo sexo tienen esta libertad para formular una narrativa de pareja más rica, más sana, más enriquecedora que el matrimonio convencional, por qué luchan por el derecho a casarse.
Regina: ¿Por qué tenemos esta tendencia a elevarlo todo a una categoría?, tal vez porque este cerebro quiere tal claridad, que inventa fronteras donde no las hay, yo creo que lo que uno tiene que ser es siempre fiel a tu naturaleza ¿por qué me voy a comer algo que no se me ha antojado? O ¿por qué me voy a volver poliamorosa si no se me ha antojado? si se me antoja, entonces me vuelvo, pero no por una decepción amorosa, no tiene que haber una condicionante de fracaso. Uno tiene que moverse a su aire, con esta idea de libertad, hacia lo que libremente me oriente, y creo que el tema central de esto, tiene que ver con la libertad, en el momento en que yo quiero hacer una fórmula de mi libertad, dejo de ser libre. Socialmente, lo que deberíamos hacer es aprender a convivir con la fórmula que cada quien elija, siempre y cuando haya esta premisa ética, no lastimar. Si a mí me encanta saber con quién te acuestas y cómo te acuestas y que me hagas una reseña, a lo mejor me provoca, entonces, lo platicamos, pero si me lastima, entonces no quiero saberlo. Pensar que mi fórmula funciona para todos, eso es lo equivocado, es como quien piensa que solamente hay discriminación racial contra los negros, la hay contra los blancos, la hay contra los heterosexuales, lo hay contra los homosexuales. Creo que hoy el problema está en que todo lo que hoy es diversidad, de pronto acaba de anular lo que es tradicional, y lo tradicional también tiene sus espacios, y sus formas de existencia, la pluralidad existirá el día en que entendamos que hay gente que admite el matrimonio, que hay gente que admite la bisexualidad y que todo cabe, porque esto es una fiesta rica para que todos podamos salir a escena
Carlos: Claro, por eso en un inicio decían que para ser poliamoroso un ingrediente es que te hayan roto el corazón, o una relación monógama muy fallida. Estoy convencido de que un fracaso o una experiencia negativa te lleva a tomar esa decisión racional de probar una nueva fórmula. Creo que es necesario tener una ética poliamorosa, tener un compromiso, de luchar contra los celos, porque hay que reconocer que ahí están. Toda lucha tiene sufrimiento y lo último que debería haber en una relación es sufrimiento, entonces, a mí me gusta más la palabra contra amor, es una palabra que he escuchado también aquí en México, en los círculos de discusión acerca de la sexualidad, de las relaciones de pareja y contra amor es simplemente reconocer este espacio posible al que tú aludías para las fórmulas individuales, puede que haya una pareja casada con toda la tradicionalidad y sean perfectamente felices, y dentro de ese matrimonio tiene que haber un espacio para una fórmula individual que a lo mejor la mujer, por ejemplo, no tiene ninguna intención de salir con otras personas, pero le dice a su esposo, sabes qué, a mí me encanta el porno, entonces, pues yo voy a ver porno y espero que lo aceptes, no te lo pienso ni compartir porque es un espacio mío. Pero eso es sentirte realmente libre, porque lo que decías del chico que estaba un poco indignado porque su mamá no quería verlo en topless en la playa, coincido contigo perfectamente, un ingrediente clave del erotismo y del erotismo hacia la vida (el erotismo es esa fuerza vital que nos hace entusiasmarnos, enamorarnos de todo lo que nos rodea) es la posibilidad de limitar espacios, de delimitar tiempos, y de tener una relación intensa con los diferentes aspectos de nuestra vida y para eso tiene que ver un espacio del secreto, tiene que haber un espacio del misterio y tiene que haber esa libertad auto concebida y esa lealtad a uno mismo para saber qué es lo que quiero y a partir de eso, de vivirlo de forma plena.
Regina: si creo que ese es tema para otra conversación, el erotismo con uno mismo, las parejas son maravillosas pero uno esta eróticamente comunicado contigo mismo y eres tu mejor validador de lo que es la vida. Ahí tiene Hannah Arendt que tiene una frase que me encanta y que se aplica a la vida, siempre he dicho que la pareja es una metáfora de la vida y la relación que tengas con una pareja, es la relación que estás teniendo con la vida, entonces, decía Hannah que la apuesta era amar la vida con la muerte, la apuesta es nunca darse por vencido, es decir, no importa si una relación poliamorosa ya no funciona, no importa si una relación heterosexual no funciona, no importa si una relación monogámica no funciona, darte por vencido en el amor, es darte por vencido en la vida.
Carlos: Claro, creo que ese es el problema, el amor como anestesia, es la manera en la que te vuelves, y se habla de la adicción que crean los químicos del enamoramiento en el cerebro, pero en general, no tiene que ser a nivel enamoramiento, sino a nivel de apego y puede durar años y años y años, pero concentrar todo tu esfuerzo vital en una sola persona es realmente el mayor daño en potencia que puede tener una relación de pareja, entonces, creo que se podría hablar de contra amor o de aplicar esta frase de Hannah, que me encantó, no la había escuchado, de amar la vida con su muerte, significaría amar las relaciones de pareja conscientes también de su finitud, de sus limitaciones. Habría una genuina capacidad de amar, sin este miedo al termino, al qué pasará después, al qué es mi vida sin esa persona y para mí. Eso sólo se puede lograr al decidir constantemente amar la vida, entonces, en la medida en que eso es posible, ya ni siquiera se tiene que hablar de orientación sexual, de matrimonio, de poliamor, esta relación vibrante con el otro, esta narrativa que te llena en todos los aspectos y que puede tener mil formas, mil amores, exclusividad, etcétera. Pero el paso enorme, el paso que queda en esa relación amorosa como un objetivo al que todos podemos aspirar es superar el miedo a la muerte del amor.
Podcast: https://drive.google.com/file/d/0B-IYefx98XujUjRIc2trX1N2U1E/view