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Dios, un gran personaje

  • Regina Freyman
  • 7 mar 2013
  • 9 Min. de lectura

Pi Patel: ¿Qué historia prefieres?

Escritor: La que tiene al tigre. Esa es una mejor historia.

Pi Patel: Gracias. Lo mismo pasa con la que tiene a Dios.

Escritor: Es una gran historia.

De la película La vida de Pi

El hombre en su arrogancia, cree ser una gran

obra digna de la interposición de una divinidad;

sería más humilde y, creo yo,

verdadero considerarlo como creado

a partir de los animales.

Charles Darwin

Afirmo constantemente que lo que me apasiona en la vida son las historias, la necesidad que tiene la mente de encontrar sentido a partir de organizar una narrativa con personajes, trama y que ubica, por supuesto, a un protagonista en el centro. Toda historia tiene un héroe, un personaje que persigue lo extraordinario, si tuviéramos que reducir al máximo a los integrantes de una historia, podríamos hacer como hacen los niños al incorporarse en la lectura de un texto de ficción y preguntar ¿Quién es el bueno y quién es el malo? El mundo así reducido en dicotomía elemental, presenta dos héroes supremos: Dios y el Diablo. La maldad y la bondad así representadas son fáciles de comprender pero la sofisticación de toda historia es que el héroe es la representación del propio ego (“yo” en griego) que asume el rol principal para entender, para dibujar una trama que indique el camino.


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No me gustan las tibiezas así que he de confesar que soy atea, pero sobre todo entiendo que nuestros atisbos de realidad son una mera construcción, una especie de ficción personal y por eso mismo odio el adoctrinamiento, tanto ateo como religioso, supongo como lo hace Viktor Frankl “…que cada hombre es interrogado por la vida y solamente puede responder a la vida dando cuenta de su propia vida”. Eso no evitará que aquí en etcéteracuente sobre estos personajes enormes: Dios y el Diablo. Un héroe santo y el otro infausto. Como el primero se presume omnipresente viajará en la red y como al segundo, le gusta firmar contratos con las almas, aparecerá primero en versión de papel.

Narrativa heroica

La narrativa en general da estructura a la experiencia humana, organiza nuestros sueños, pensamientos, emociones, para conectarnos con los otros. Ser héroe significa convertirse en la persona que nuestra imaginación nos dice que podemos ser, es el simple valor de ser nosotros mismos. El héroe impone el orden sobre el caos que vagaría disperso en la imaginación respondiendo a la pregunta filosófica por excelencia ¿Quiénes somos y a dónde vamos? como individuos y como pueblos. Hemos inventado dos formas antagónicas de abordar el problema: la filosofía, de donde deriva también la ciencia y que se basa en la razón, en la experiencia personal y que conduce siempre a nuevas preguntas, todas sus respuestas son provisionales. La otra, es la religión que responde toda pregunta mediante la fe, a través de otro personaje, Dios.

Dios un héroe santo

Las acciones del héroe santo no están confinadas al mundo físico, sus ideales se dirigen al espíritu, su lucha se da en los territorios de lo temporal y extratemporal, sirven de nexos que unen a la realidad y a la divinidad; presentan una notable paradoja: son mártires que triunfan sobre el mal, el resultado de su sufrimiento es la muerte del individuo, figura trágica, sin embargo, son victoriosos porque aspiran al reino de otro mundo. Pero su poder, el más grande de todos, es ofrecer a todo mortal aquello que más desea: la inmortalidad.

El ejemplo más popular en occidente es Jesús, que existe ente dos mundos. Su vida es una combinación única de heroísmo y fantasía, cumple el paradigma señalado por el antropólogo Joseph Campbell en su camino del héroe: nace de madre mortal, hijo de Dios, debe vencer obstáculos, se enfrenta al Mal, es un mortal que se redime tras su muerte/ crucifixión. La imaginación literaria quiere que creamos que existe un reino donde siempre hay respuesta y solución. Son notables las similitudes entre Jesús y Heracles, ambos son encarnaciones de un Dios supremo, hijos de mujeres mortales, subirán al Cielo o al Olimpo, que para el caso es lo mismo, se enfrentan a pruebas muy difíciles, las vencen, son tentados, etcétera.

Zeus o Dios

Zeus, por su parte representó en el mundo helénico la civilización, la justicia y el orden. Sus infidelidades explican su popularidad y el deseo de los griegos por tener filiación directa con él, en cada región una mortal tenía un hijo suyo que luego daba nombre al lugar. Zeus tenía dos frascos al los costados de su trono, de uno tomaba bien, del otro mal y repartía estas proporciones entre los hombres. La palabra Dios proviene del latín "Deus", que a su vez viene del griego "Zeus", luego cambió a Deus y después a Dios. Deus comparte su raíz con "día", y significa sol o brillante. Zeus, siendo el dios padre, se convirtió en Zeus Pater, que por uso vulgar se convirtió en Jues Piter o Júpiter.

El Dios desconocido, es una teoría de Eduard Norden publicada en 1913 que propone que además de los doce dioses principales y las deidades menores, los antiguos griegos adoraban a una deidad que llamaban "Agnostos Theos" o "Dios desconocido". En Atenas, había un templo dedicado específicamente a ese dios, y muchas veces los atenienses juraban en su nombre, no era tanto una deidad específica, sino un marcador de posición para cualquier dios o dioses que pudieran surgir, cuando el apóstol Pablo visitó Atenas, vio un altar con una inscripción dedicada al dios y pronunció un discurso para adjudicar el altar al “único y verdadero Dios”.

Nos cuenta Robert Graves que con el advenimiento del cristianismo, las tres parcas, informaron a Zeus que su reinado finalizaba y que debían abandonar el Olimpo. Zeus destruyo%u0301 el palacio con un rayo y se fueron los dioses a vivir entre la gente humilde del campo. Los misioneros cristianos los persiguieron incesantes con la señal de la cruz y transformaron sus templos en iglesias. Pero a pesar de ello, los mortales cuentan el tiempo por semanas, como ensenó el titán Prometeo, Eco sigue repitiendo voces en las cuevas, la flor del narciso inclina su cabeza para mirar su reflejo en los estanques y la diosa Iris nos regala su arco cuando llueve con el sol. Por la noche, en el cielo, todavía podemos ver al Escorpión que pisó Heracles; o al León de Nemea en esa vía de leche formada por el pecho de Hera y la fuerza de Heracles.

Conciencia y evolución:

Frente a cualquier ficción narrativa, el cerebro se comporta del mismo modo que ante aquello que llamamos realidad, realiza millones de operaciones mentales, mide cada situación, evalúa, compara con los recuerdos preexistentes, a fin de prever a cada instante lo que habrá de ocurrir a continuación. Podemos llamar a esta estrategia como narcisismo biológico, dado que a partir de convertirnos en el protagonista de toda historia, esto nos devuelve una predicción de los riesgos a los que nos enfrentamos, al tiempo que nos hace comprender al otro. Hemos desarrollado un sistema sofisticado y eficiente para la evaluación y recuperación de información sobre los demás. Para el psicólogo Julián Jaynes cuando surgió como herramienta evolutiva el lenguaje en los humanos, apareció también como un retoño de este desarrollo lo que él llama la mente bicameral, mentes divididas en dos componentes, ninguno de los cuales era consciente. Uno de ellos era el lado dominante, localizado típicamente en el hemisferio derecho del cerebro, y otro que era el lado que ejecutaba las acciones, localizado en el hemisferio izquierdo. El lado dominante simulaba una voz que identificaban como la voz de los dioses, que literalmente hablaban a la gente, como consta en las esculturas, pinturas y escritos religiosos antiguos. La mente bicameral empezó a romperse, hace aproximadamente 3000 años, con la invención de la escritura, gradualmente la autoridad auditiva de la mente bicameral dio paso a la conciencia. Misma que emerge de la mente y ésta es un proceso del cerebro, evolutivamente se ha ido sofisticando y si bien es cierto que muchos animales poseen una grado de la misma, es la aparición del lenguaje la que posibilita una conciencia de la conciencia, posiblemente exclusiva del hombre.

En su libro El espejismo de Diosel biólogo de Oxford Richard Dawkins afirma que el concepto de Dios es extraordinariamente complejo. No puede ser simple un personaje que tiene que crear y mantener el universo, atender las plegarias de todos los fieles. Cuanto más compleja es una entidad, dice Dawkins, más improbable es. Esto no prueba que Dios no exista, pero sí significa que es el más improbable de los seres. Dawkins acuñó el concepto de meme en el libro El gen egoísta, que sostiene que la evolución por selección natural no es propia de ningún dominio concreto, sino que se aplica tanto en la evolución biológica como a la evolución cultural. Del mismo modo que los genes son las unidades de herencia y selección en el ámbito biológico, los memes (unidades de replicación análogas a los genes, virus de la mente) son las unidades de transmisión y seleccionen en el ámbito cultural (eligió la palabra meme, del griego mimeme no sólo por lo que significa, aquello que es imitado, sino porque meme rima con gene). Al igual que los genes, los memes, se comportan como si fueran egoístas, lo que no significa que tengan mente, esto tiene un sentido puramente metafórico, son egoístas en el sentido en que se comportan como si su único objetivo fuera hacer más y más copias de ellos mismos. Tanto los genes como los memes son unidades de información que se transmiten en medios diferentes. Los memes no quieren sino hacer copias de sí mismos, pero desafortunadamente solamente disponen de un número limitado de anfitriones, nuestras mentes, por tanto, están en constante competencia, sometidos a una fuerza de tipo evolutivo y es de esperar que desarrollen estrategias para mejorar su sobrevivencia. El éxito de un meme no tiene nada que ver con su valor de verdad. Con respecto al meme de Dios Dawkins dice que su valor de supervivencia o contagio, radica en su gran atractivo psicológico, pues da respuestas atractivas a la aparente cuestión del significado de la vida, consuelo ante el dolor y la tragedia. Es en realidad un memeplejo, un complejo de memes que ha evolucionado a lo largo de los milenios en competencia con los memeplejos politeístas. Los antropólogos están de acuerdo en que las religiones empezaron como una combinación de culto a los antepasados y a los espíritus de la naturaleza, por tanto el monoteísmo evolucionó hasta sustituir al politeísmo no por su valor de verdad, sino porque tuvo más éxito pasando de una mente humana a otra.

El cerebro, junto con todo organismo vivo, tiene un objetivo principal: la supervivencia. Nuestro cerebro ha desarrollado una manera de navegar conscientemente por cúmulos de información para predecir los acontecimientos futuros y así protegernos o anticiparnos. El neurobiólogo Antonio Damasio lo resume así: "El problema de cómo hacer para que toda esta sabiduría sea comprensible, transmisible, persuasiva y exigible, en una palabra, de cómo enfrentarnos al porvenir y encontrar soluciones, se resuelve en contar historias, es algo que los cerebros hacen naturalmente y de manera implícita…". Nuestro cerebro nos ubica como "el protagonista" y luego edita nuestras experiencias con la precisión del cine, la creación de interrelaciones lógicas, la cartografía de las conexiones entre los recuerdos, ideas y eventos nos permiten simular experiencias intensas. La historia se desarrolló como una forma de explorar nuestra propia mente y las mentes de los demás, como una especie de ensayo general para el futuro. Como resultado de ello, las historias nos ayuda a sobrevivir.

La auténtica espiritualidad no requiere necesariamente de historias sobrenaturales, pero nuestras mentes son adictas y sobreviven gracias a la búsqueda de sentido. La realidad es compleja e inasible, la mente fabrica una especie de coherencia, el caos, el desorden y el fragmento son la norma. Cada sujeto es una fracción de un todo que los antiguos griegos llamaron Cosmos, lo divino de la naturaleza, un algo que nos conecta a todos como parte de lo vivo (armonía, orden justo y belleza)y que, seguramente algunos ateos tacharán de blasfemia pero que en lo particular me hace sentido. El cosmos es el Todo, una divinidad que no es un ente sino un orden, una estructura que merece ser respetada y defendida.

Cada hombre es una historia entre dos abismos: nacimiento y muerte, dos nadas que se abren como paréntesis y que nos obligan a buscar sentido mientras dure el viaje. El Psicólogo Erich Fromm nos recuerda que en las religiones tradicionales, era Dios o los dioses quienes definían y dotaban de significado a la vida de los hombres, la muerte de Dios a lo Nietzsche, según Fromm, significa que ahora somos libres para dotar de sentido nuestras vidas. Para el filósofo Robert Nozik el significado es algo relacional, una vida con sentido tiene que conectar con otras cosas y valores que vayan más allá de ella misma, conexiones afectivas, búsqueda del conocimiento. Para el poeta Wallace Stevens, Dios y la imaginación son lo mismo, o ante la ausencia de dios la mente debe reencantar al mundo, y como cada cabeza lo es, que cuente cada quién la historia que le otorgue mayor sentido.

 
 
 

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