En el principio Nyx, ave negra que es la noche, puso un huevo. De la parte superior del cascarón se formo Urano, el Cielo y de la parte inferior Gaya, la Tierra. Eros, el amor, voló de un lado al otro abrazándolos a ambos, ahí comenzaron todas las historias, las del cielo y de la tierra, las que se escriben con estrellas y las que se escriben con tinta...
El cielo fue el primer medio masivo de comunicación, las estrellas las primeras parteras del porvenir y las constelaciones un hermoso cuento. Los hombres buscaban en él respuesta al porvenir, leían los signos de las nubes y constelaciones para preparar el alma ante cualquier tormenta.
De hecho, la historia para el mundo occidental, que surge de la tradición griega y hebrea, comienza como toda narración, con un panorama donde el equilibrio se ha roto, una transgresión o pecado de hibris. Para la historia bíblica la desmesura la cometen los hombres, para los griegos, los titanes: Cronos, el dios del tiempo, en concreto. Leer el cielo, contemplarlo, fue quizás el origen de toda narración, primer medio de comunicación entre el hombre y sus dioses, su porvenir y su destino.
La rueda de los animales, eso quiere decir la palabra de origen griego zodiaco. Cada signo es un cúmulo de estrellas que la imaginación de nuestros antepasados dio forma. Imagino a los griegos mirando al cielo apuntando con el índice como si fuera un gran lápiz para unir los puntos luminosos hasta encontrar una forma significativa en esa pantalla oscura de la noche que les daba cobijo. Y como todo lo que hay abajo hay arriba, descubrían en las estrellas formas que los remitían al mundo animal, salvo en las constelaciones de Virgo y Libra.
El zodiaco es una banda que recorre la esfera celeste, lo suficientemente vasta como para abrazar al sol.
Está basado en la división de 12 partes iguales sobre la cual trazan sus trayectorias el sol, la luna y los planetas, que avanzan un sector cada mes del año. Cada sector contiene la constelación a la que debe su nombre y forma.
Isaac Newton propuso que los 12 nombres de las constelaciones zodiacales respondían a un episodio del mito de Jasón y los argonautas en su viaje para conseguir al vellocino de oro. Aries es el propio vellocino, Leo es la piel de león de Nemea con la que Heracles se cubre, Géminis representa a los dioscuros, los gemelos Cástor y Pólux, Virgo a la sacerdotisa del templo donde se custodiaba el vellocino, etcétera. Una versión más, afirma que relata los 12 trabajos de Heracles.
La aventura de Jasón va más o menos así: Jasón, primo de Frixo, reclamó el reino de Tesalia a su tío quien se lo prometió si recuperaba el vellocino de oro. Se embarcó junto a otros héroes famosos que por su valor fueron llamados los Argonautas (Heracles, Orfeo, etcétera). Al llegar al Mar Negro tuvo que realizar una dura prueba para conseguir el vellocino, que consistía en atar dos toros con pies de bronce que vomi taban fuego. Después debían sembrar los dientes de un dragón y al instante brotó un ejército armado al que hubo de exterminar.
Afrodita decidió ayudar a Jasón, pidió a Cupido que lanzara las flechas del amor para que Medea, la hechicera, lo ayudara con sus poderes. Ella le dio a Jasón un ungüento mágico con el que pudo realizar la hazaña. De regreso a casa su malvado tío había matado a su padre. Jasón aniquiló al rey ilegítimo y recuperó el trono, se casó con Medea con quien tuvo dos hijos. La terrible historia de cómo Medea asesinó a sus hijos, es otro boleto.
No cabe duda que el cristianismo fue un gran adaptador de historias o un reciclador antiguo, pues aquello del sincretismo es una genial idead de adopción, un pretexto para la reescritura.
Por ello no es raro encontrar que la simbología cristiana debe algunos derechos de autor a la simbología zodiacal. A continuación intentaré contar el cuento que despliegan las estrellas.
Hubo una vez un carnero
Aries: desde la antigüedad se representa con un cordero en cuclillas. Luego encarnará al Carnero bíblico y está en directa relación con Cristo o el cordero de dios.
Un día, Atamante (posteriormente Rey de Tebas) casado con Nefele tuvo dos hijos Frixo y Helle. El rey era de ojo alegre y decidió repudiar a su mujer y casarse con Ino, hija del rey Tebas, con la que tuvo dos hijos Learco y Melicertes. Ino ambiciosa quería el trono para sus dos hijos, tramó un plan para lograr su propósito. Acusó a su hijastro Frixo de raptar a una chica que se llamaba Biadice y fue condenado a muerte. A punto de su muerte la madre imploró a Hermes quien lo salvó mandándole un carnero con el vellocino de oro, a lomos del cual escapó con su hermana Helle. Ella, mareada, se cayó al mar y se ahogó, Frixo se puso a salvo en Cólquida y su rey le dio a la princesa en matrimonio. Agradecido, Frixo sacrificó el carnero a Zeus, que colocó su imagen en el firmamento.
Los dos cuernos del toro, perdón, cuentos
Tauro: su antecedente es el de los toros alados asirios que luego bien puede ser el buey del pesebre en la Navidad.
Una historia nos cuenta el asunto del minotauro y la otra la forma que adoptó Zeus cuando raptó a Europa. Comencemos por la segunda. El lujurioso de Zeus le traía ganas a Europa y para raptarla se transformó en un hermoso toro blanco. La llevó a Creta donde se unieron y más tarde tuvieron tres hijos Minos, Radamantis y Sarpedon.
Todo queda en familia. La otra historia nos cuentan que cuando Minos creció y aspiraba al trono de Creta, el asunto se decidiría en un concurso. Sería rey de aquella isla quien consiguiera el toro más hermoso. Minos desesperado se acercó a la playa y pidió ayuda a Poseidón, complaciente el dios de los mares le envió un gallardo toro blanco (hmmm, parecido al disfraz del padre).
La condición era que tras el triunfo, el toro debía ser sacrificado en nombre de dios. Mino se encariñó con el animalejo y se lo quiso quedar como mascota. Poseidón, furioso, logró que Cupido lanzara una de sus flechas sobre Pasifae, esposa de Minos, quien se enamoró del toro. Obvio éste prefería una vaquita, así que Pasifae pidió al inventor de la corte, Dédalo, que le construyera una vaca mecánica. La mujer se puso el disfraz y sedujo al toro, ella quedó embarazada y al poco tiempo tuvo como hijo a un horrible monstruo, hombre con cabeza de toro que además comía humanos.
El mito también representa el séptimo trabajo de Heracles que debía capturar al toro sagrado que Minos tenía resguardado en la isla.
Veo doble
Géminis: es por excelencia el símbolo de los opuestos, las fuerzas conjuntas del bien y del mal. La doble naturaleza humana, la superior y la inferior, femenina y masculina. Se relaciona con Hermes, el dios de la doble hélice.
Los Dióscuros son unos gemelos hijos de Zeus y de Leda. Zeus para seducir a Leda se convirtió en cisne y se unió a ella la noche de bodas, pero de ella con Tíndaro, rey de Esparta. Producto de sus amoríos con el dios, la mujer puso dos huevos. De uno de ellos nacieron Cástor y Clitemnestra que eran mortales y del otro Pólux y Helena que eran inmortales.
Cástor y Pólux eran inseparables y enamoradizos como el padre y le robaron las novias a Idas y Linceo el mismo día de la boda. Idas mató a Cástor y Pólux enfurecido mató a Linceo. Zeus castigó a Idas con un rayo y Pólux le suplicó a éste que lo dejara morir porque no sabia vivir sin su querido hermano. Zeus conmovido, les permitió estar alternativamente un día en el Hades con los muertos y otro entre los dioses en el Olimpo, pero siempre juntos.
El mito de Géminis es el tercer trabajo de Heracles quien en compañía de los gemelos debía buscar el árbol de las manzanas de oro de las Hespérides. La gratitud del héroe los elevó a las estrellas.
Duro por fuera, suave por dentro
Cáncer: el signo es representado por un cangrejo. Su símbolo parece los senos de una mujer; simbolizando el deseo de amamantar y proteger. Las tenazas del cangrejo son idea de introspección y una fuerte tendencia a aferrarse. El cangrejo tiene un duro caparazón por fuera pero es sensible por dentro. Representa al ser humano que abandona su naturaleza inferior para iniciar la búsqueda de su ser espiritual.
Cuando Heracles, como parte de uno de sus trabajos (el onceavo) tuvo que vencer a la hidra de Lerna, su acérrima enemiga y madrastra Hera, al ver que iba derrotando al monstruo, envió a un cangrejo para que le hiriera un pie. Adolorido y enojado, el héroe pisó al crustáceo y mató a la hidra. Hera apenada le dio al cangrejo un lugar entre las estrellas.
¿Leoncitos a mí?
Leo: el signo es representado por un León, se relaciona con la fuerza y el coraje del “rey de la selva”. La tradición judeocristiana lo relaciona con el evangelista San Marcos. Es símbolo de realeza e imagen de los comienzos infantiles, salvajes y egocéntricos.
El León de Nemea había sido enviado por Hera para derrotar a Heracles, quien debía matar a la bestia sin usar las armas. Un anciano le dijo al héroe cómo llegar a la guarida del animal, inmediatamente le dispara sus flechas pero nunca dan en el blanco, porque la malvada madrastra había hecho invulnerable a la bestia, las flechas rebotan en el pellejo de hierro, bronce y piedra de ese peculiar león. Heracles usó su espada y se torció, lo golpeó con su garrote pero eso violaba las reglas del combate.
Entonces el animal se refugió en su cueva que tenía dos entradas. Nuestro héroe bloqueó con piedras una de ellas y a oscuras acometió a la bestia. Luego lo sujetó por la garganta y lo ahorcó. Le arrancó la piel con una de sus garras, la conservó como tesoro y la usó como armadura.
Se trata del primer trabajo de Heracles, quien por cierto perdió un dedo entre los dientes del león. En agradecimiento Hera convirtió al animal en constelación.
Mujeres puras somos las Virgo
Virgo: es la segunda constelación en tamaño, generalmente identificada con la diosa de la justicia Dice, hija de Zeus y Temis; también pudo ser Demeter, diosa Virgen madre de Perséfone. Existe una tercera versión que la identifica con la diosa de la fortuna Tyke. Se presenta alada como si fuera un ángel, en la mano derecha una hoja de palmera y en la izquierda sostiene una espiga de trigo dorada (la estrella Spica o Espiga, es la más brillante de la constelación de Virgo y la decimoquinta más brillante del cielo). En la Edad Media, esta constelación se asoció con la Virgen María.
Dice vivió en la época de oro de la tierra, cuando Cronos era regidor del Olimpo, era un tiempo de paz y primavera constante, la alegría era perenne y los frutos y alimentos se daban de forma natural sin necesidad de cultivarlos. Los hombres no envejecían, vivían como dioses sin conocer el crimen, la muerte, el dolor o la guerra. Dice se movía entre los hombres prodigando sabiduría y justicia.
Se cuenta que nació mortal y fue puesta en la tierra para administrar justicia y orden. Vivió con los mortales durante la Edad de Oro y la Edad de Plata, pero cuando nació la raza de bronce, Zeus ya había
desterrado a su padre Cronos y acortó la primavera e introdujo el ciclo de las estaciones. Los humanos se volvieron conflictivos y dejaron de honrar a la diosa. Dice decepcionada les advirtió que de seguir así las cosas empeorarían. Entonces abrió sus alas y voló hacia las montañas, abandonó a la raza humana que se entregó a partir de ese momento a la violencia. Ascendió al cielo y se ubica cerca de la constelación de Libra que representa la justicia. Fue una de las tres Titánides y la más notable entre las diosas vírgenes.
Deméter es la diosa de los cereales, hija de Rea y Cronos, a pesar de ser una diosa Virgen tuvo a Perséfone también llamaba Kore. Ella fue raptada por su tío Hades, dios del inframundo cuando estaba cortando flores cerca de Sicilia, cuando él llegó en su carro tirado por cuatro caballos negros, la llevó a su mundo, le construyó los Campos Elíseos y la volvió su reina.
Deméter recorrió la Tierra para buscar a su hija desaparecida, sin éxito, maldijo los campos de Sicilia, para que las cosechas se perdieran. En su desesperación le pidió a la Osa Mayor le dijera qué había visto, ya que nunca se pone, pero como el secuestro tuvo lugar en el día, no pudo ser testigo de nada. Deméter exigió a Zeus que le ordenara a su hermano Hades le devolviera a la niña. Zeus lo intentó, pero ya era demasiado tarde porque Perséfone había comido unas semillas de granada. Hades se las dio a sabiendas de que quien come alimento del Inframundo no regresa a la tierra de los vivos. Zeus negoció con el dios de los infiernos y logró que Perséfone pasara la mitad del año en el infierno con su marido, y el resto del año en Tierra con su madre. Claramente, esta es una alegoría sobre el cambio de estaciones.
El símbolo de Virgo y el de Escorpio son muy parecidos salvo en su parte final. Las terminaciones de ambos signos son característicos del principio masculino y femenino.
El mito representa el noveno trabajo de Heracles que consistía en recuperar el cinturón de Hipólita, la amazona, para los dioses.
La justicia está en el cielo
Libra: signo representado por la balanza y el único relacionado con un objeto inanimado, simbolizaba la justicia y la equidad. Su significado proviene de los romanos, y representaba en un principio la figura de Julio César sosteniendo una balanza y administrando justicia, después de su muerte, se eliminó la figura del César y sólo quedó la balanza. Puede ser la balanza de Dice, diosa virgen que llevaba los rayos de Zeus en sus brazos. Puede ser también la balanza del destino en manos de Tyke, o la sostenida por Hera, diosa del matrimonio.
Si pensamos que Virgo es Venus Afrodita, su balanza representa su personalidad ambigua, uno de los dos platillos propicia la belleza serena y el otro, la seducción y la lujuria. Libra representa el tercer trabajo de Heracles que consistía en capturar a un enorme jabalí que asolaba la región.
Le picó el amor
Escorpio: Es representado por el Escorpión y el Águila. simboliza la naturaleza inferior, mientras el águila la superior. En la antigu%u0308edad representaba el definitivo descenso del sol después del equinoccio de otoño. Además cuando no existía el signo de Libra, ocupó un doble espacio en el zodiaco. El escorpión se arrastra por el suelo y se esconde en lugares ocultos, su aguijón es enorme y lo clava cuando menos se espera. El águila tiene alas y se eleva por encima de la tierra.
En el mito, Escorpio sube a la tierra para atacar a Orión, hijo de la Tierra, quien intentó violar a Artemisa. Orión cazaba en el bosque una noche, miró a Artemisa (La Luna) y se enamoró en el acto. Por ello quiso violarla y Artemisa, diosa virginal, enfureció. Los dioses en su ayuda enviaron un escorpión que le picó el talón a Orión y lo mató. El mismo escorpión fue la causa de que los caballos del sol se desbocarán cuando eran conducidos por el joven Faetón. Zeus molesto le envió un rayo.
Los dioses elevaron a Orión y al escorpión a los cielos colocándolos en extremos opuestos de la bóveda celeste. De forma que cuando Escorpio sale por el horizonte, Orión se oculta huyendo del animal que lo mató.
Representa también el cuarto trabajo de Hércules que consistía en capturar una cierva por la que disputaban Atenea y Artemisa, la cazadora de los cielos. Con el fin de llevarla al santuario sagrado de Micenas.
Dar en el blanco
Sagitario: es representado con un Centauro con arco y flecha. Arquero que siempre está a punto de disparar su flecha al infinito. Figura mitológica del Centauro, mitad hombre, mitad caballo, sugiere la dualidad, por un lado la capacidad intelectual y por el otro, el potencial de sabiduría. Es la fuerza y velocidad del caballo. Los hebreos lo identificaron con José.
El centauro Quirón crió a Jasón, Aquiles y a Eneas. Era profeta, doctor y sabio, fue hijo de Filira y Cronos. Quirón, harto de su condición de inmortal, decidió cambiarla por la salvación de Prometeo. Cuando el trato estuvo formalizado, Prometeo le preguntó: “¿Por qué lo has hecho? Ahora que estás muerto, por mucho que te canses, no vas a poder cambiarlo...”
Es el sexto trabajo de Hércules que consistía en eliminar unos pájaros que habitaban en el pantano de Estinfale.
Pobre, se parece al demonio
Capricornio: es representado por un chivo primitivo con cuernos retorcidos y cola de pescado rizada. También representa a la transformación del dios Pan, (cuya madre le abandonó a causa de su fealdad) en cabra o pez antropomórficos tras su inmersión en el Nilo. En la Edad Media se transformaría en el macho cabrío tan utilizado por los cristianos para representar al demonio. En Grecia se identificó con Cronos, hijo de Urano (el cielo) y de Gea (la tierra). Urano odiaba a sus hijos y los encerró en el Tártaro (el centro de la tierra) y Cronos se rebeló contra su padre cortándole los genitales con una hoz, echándolos al mar y liberando así a sus hermanos. El mito representa el doceavo trabajo de Heracles que consistía en descender al infierno para liberar a Prometeo que se encontraba allí por haber robado el fuego del cielo.
Agua Sagrada
Acuario: Es representado por el Aguador, simboliza la transmutación interior, la compasión y la entrega. Es insignia de la época de lluvias, es el agua que fertiliza la tierra. Esta constelación se relaciona con el diluvio universal y es también la representación del elíxir de la eterna juventud y del pan y el vino de la eucaristía.
Ganímedes fue raptado por Zeus para que fuera su copero y sirviera el ambrosía, néctar o agua divina de los dioses que confería la juventud y la inmortalidad. Zeus llegó al reino de Frigia, donde vivía Ganímedes. Cautivado por su belleza, Zeus lo convirtió en su favorito, lo raptó en su forma de águila. Como muestra de su amor y gratitud Zeus le concedió una constelación en su nombre.
Se corresponde con el quinto trabajo de Heracles en el que debía ayudar al rey Augias a limpiar el estiércol acumulado por años en sus establos.
Lindo pescadito...
Piscis: el signo es representado por dos peces que se mueven en distintas direcciones y están unidos por un cordel, lo que da la idea de la naturaleza dual y contradictoria del signo: lo consciente y lo inconsciente. El cuerpo físico y la mente. Lo físico y lo metafísico y la lucha interior que sostienen sus nativos entre seguir el camino del bien o del mal. El signo simboliza la reanudación de los trabajos agrícolas después del diluvio universal. Los primeros cristianos adoptaron el pez como signo del Redentor pues se consideraban los pececillos que habían encontrado la salud en las aguas bautismales. La palabra griega para designar “pez” es: “ICHTUS”, que son las mismas iniciales de “Iesous Christos Theou Uios Soter” que significa “Jesús Cristo, Hijo de Dios, Salvador”.
Después de que Zeus destronara a su padre Cronos, venció a la generación de gigantes hijos de Gaia.
Como venganza por la destrucción de sus hijos Gaia dio a luz a un terrible monstruo llamado Tifón, era el monstruo más grande y temible de la tierra, era un huracán de serpientes enredadas y sus brazos eran
tan largos que podían estirarse hasta 100 leguas. Tifón se fue hacia el Olimpo y declaró la guerra a todos los dioses. Para salvarse, se disfrazaron: Zeus lo hizo de carnero: Hera, de una vaca blanca; Artemisa de un gato; Hermes se convirtió en un ibis, mientras Ares lo hizo en jabalí.
Finalmente, Afrodita y su hijo Eros se convirtieron en peces y se lanzaron al río Eúfrates, para no separarse ni perderse en las fuertes corrientes, los dos se ataron con una cuerda. Cuando el horrendo monstruo fue capturado, los dioses volvieron a su forma original. Afrodita en agradecimiento al pez que sirvió de forma a ella y a su hijo, subió su imagen al firmamento convirtiendo a Piscis en la última constelación del zodiaco. Se corresponde con el décimo trabajo de Heracles que fue robar el ganado de Gerión.
Hemos olvidado mirar a las estrellas (y no me refiero al Canal de las estrellas), quien conoce su lenguaje puede conversar con ellas y entender, como decía Octavio Paz, que ellas nos deletrean
Referencias:
Burker t , Wal ter , Rel igión gr iega, Cambr idge, Mas sachusetts: Harvard University Press. 1985
Graves, Robert, Los mitos griegos, 2 vols., Madrid: Alianza. 1985.
Bocci, Gianluca y Mauro Ceruti. El sentido de la historia. Madrid: Debate. 1994.
Lunde, Paul. The book of codes. Los Angeles: University of California. 2009.